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Ante la crisis energética, ¿los paneles solares en casa son la solución?

En 2019, España dio un giro de 180 grados en materia energética al facilitar la posibilidad de que los hogares aprovechen la energía solar

José A. González

El precio de la electricidad en el mercado mayorista no ha dado tregua a los ciudadanos y también a los empresarios. La luz cerró el 2021 con una subida del 72% en comparación con el 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una escalada que se traduce en facturas más altas para las familias españolas, ya que los hogares con tarifa regulada o PVPC vieron cómo el montante a pagar a su comercializadora subió un 35,6% más que en 2020 y un 33,7% más que en 2019.

«Es importante encontrar una fórmula que se adecúe a la realidad energética de la Península Ibérica», asegura Pedro Sánchez. La invasión rusa en Ucrania ha disparado los precios de la energía en España. «No hay una única solución mágica para resolver el problema de la energía», añade.

Durante los últimos doce meses, los españoles han cocinado en horas valle, han puesto lavadoras fuera de las horas punta e, incluso, han planchado en momentos donde la teletienda reina en los televisores. Sin embargo, muchos han preferido «cortar» por lo sano y buscar ser autosuficientes desde el punto de vista energético.

A finales del año pasado, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, confirmó que el autoconsumo duplicó los 600 megavatios instalados en el 2020. «Es la mejor herramienta contra la subida de la factura de la luz», responde Íñigo Amoribieta, CEO de Otovo, empresa especializada en energía solar y autoconsumo.

En 2019, España dio un giro de 180 grados en materia energética al facilitar la posibilidad de que los hogares aprovechen la energía solar y, de esta manera, favorecieran su propia economía y también el medio ambiente. «El nuevo marco normativo sitúa al ciudadano en el centro del modelo energético, permitiéndole tener libre acceso a la producción y venta de la energía y haciéndole más responsable de su consumo», comentaba entonces en un comunicado la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).

Un cambio de paradigma que ha sido impulsado por la aparición de grandes marcas que han acercado los paneles solares a las familias. «En 2021 hemos registrado el doble de ventas y de clientes atendidos que en 2020; y en 2020 el doble que en 2019», señala Pilar Pérez, jefa de producto de Energías Renovables de Leroy Merlin.

Los motivos de este crecimiento para Ikea son tres: «Subvenciones, interés por el cuidado del medioambiente y el alto precio de la luz», detalla Mónica Chao, directora de sostenibilidad de la cadena sueca en España.

El autoconsumo en España se empieza a calentar, pero todavía tiene muchos obstáculos y retos que solventar:

Falta de conocimiento

A pesar del crecimiento de clientes, las dudas sobre el funcionamiento y la instalación son muchas entre la población española. «La sociedad aún tiene que madurar un poco a nivel de conocimiento técnico», apunta Pérez. En la actualidad, cualquier familia puede acceder a la compra de estos dispositivos. «Pero, primero tienes que saber cuántos paneles necesitas y la energía que vas a consumir», apostilla Amoribieta. «Lo más sencillo es subirte al tejado e instalarlo, pero no», añade.

Antes de poner en marcha la instalación y el sistema fotovoltaico es «necesario un estudio de rentabilidad», revela Pablo García, asesor de Industria del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid). Además, es necesario un cálculo de la energía necesaria, «no es sólo comprar unos paneles solares», añade García. «Nosotros miramos el consumo del cliente, eso es lo que nos marca que es lo que necesita la persona», apostilla Íñigo Amoribieta.

No es para todos

En España, el 65% de la población vive en bloques de pisos, según cifras de Eurostat. Uno de los datos más altos de toda la Unión Europea, solo superado por Letonia con un 66%. Esto conlleva que la implantación de placas fotovoltaicas para autoconsumo individual sea más complicada que en los países donde las viviendas unifamiliares son el hogar más habitual. La falta de espacio y los asuntos legales son los principales escollos en las comunidades de vecinos. «Es muy rentable para la vivienda familiar, pero para el bloque de pisos es más complicado, porque bajo ese tejado vive mucha gente», detalla Amoribieta.

En primer lugar, «una comunidad de vecinos tiene que ponerse de acuerdo para instalar las placas», asegura García. Según el artículo 17.1 de la Ley de Propiedad Horizontal, «podrá ser acordada, a petición de cualquier propietario, por un tercio de los integrantes de la comunidad que representen, a su vez, un tercio de las cuotas de participación», cita Patricia Briones, abogada del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid.

No obstante, la normativa permite que un vecino coloque su propia instalación en el tejado comunitario. «Estamos hablando de un uso privativo», explica Briones. «En este caso tienes que asegurarte que al menos un 33% de los propietarios acudan a la Junta y que voten a favor. No podemos aplicar el voto presunto, que es el de aquellos propietarios que no están», señala.

A pesar de que la nueva normativa impulsa el autoconsumo energético, «solo es más beneficioso económicamente para las viviendas unifamiliares», señala el CEO de Otovo. En este caso, «la casa tiene que estar libre de sombras y que su orientación sea sur», comenta la jefa de producto de Energías Renovables de Leroy Merlin.

Una instalación particular, permite un «ahorro en la factura del 50% sin batería, con ella puede alcanzar el 90%», informa Amoribieta. En el caso de las fincas de vecinos, el ahorro solo se da para gastos comunes, «viene bien para ascensores, pasillos o, por ejemplo, la depuradora de la piscina», añade. «Aunque, también se puede repartir la energía que sobre entre los vecinos», explica el CEO de Otovo. «No lo aconsejo. Es complicado, pero se puede hacer», responde Pablo García.

La actual normativa permite, como explican los expertos, compartir la energía procedente de las placas solares, pero «se hace con unas cuotas fijas», señala García. Esto supone que en la junta de vecinos se han de repartir las cuotas de consumo y ese será el máximo que podrá destinar para su autoconsumo. «Si se establece un 5% para cada vecino y uno no llega, no lo podrá compartir», detalla García.

En este último caso, el proyecto crece y la instalación se complica, ya que el cableado debe llegar a cada hogar y, además, los contadores deben registrar esa energía procedente de las placas solares.

Inversión importante

Aunque hacer una estimación de los costes de instalación de las placas fotovoltaicas es complicado, la inversión media suele estar entre los 7.000 y 8.000 euros. «Es necesario hacer un estudio de la energía necesaria para cada hogar, porque puede variar el precio y el tamaño», recuerda Pilar Pérez.

Sin embargo, los expertos señalan que «es una inversión que se recupera con el ahorro en la factura en unos años». «De hecho los estudios dicen que se amortizan normalmente, de media en España, entre 6 y 7 años», responde Pilar Pérez.

La rentabilidad de la inversión «está ligada a un buen estudio preliminar», recuerda el CEO de Otovo. Este análisis permite comprobar el número de placas solares necesarias y, además, determinará también, dependiendo de las horas de consumo, la idoneidad o no de la instalación de una batería para almacenar la energía sobrante para utilizarla cuando no haya producción.

Falta de mano de obra

La llegada de los paneles solares a las tiendas de Fnac, Ikea, Leroy Merlin o Media Markt han disparado las ventas de estos dispositivos. «Muchos ciudadanos han decidido apostar por el autoconsumo», comenta José Donoso, director general de Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la asociación sectorial de energía solar fotovoltaica en España.

En 2020 se instalaron 596 MW nuevos en autoconsumo, lo que supone un crecimiento del 30% en un año marcado por la pandemia de Covid-19. «Sin embargo, hace falta mano de obra cualificada», añade.

La instalación de este tipo de placas es un trabajo complejo y técnico, que requiere conocimientos eléctricos y de cómo funciona la energía solar fotovoltaica. «Es necesario reformar la formación profesional», avisa Donoso.

Además, dependiendo del lugar de residencia, es necesario la solicitud de permisos y aprobaciones por parte del ayuntamiento para la instalación del sistema fotovoltaico, como, por ejemplo, permisos de obra. Una vez finalizada la ejecución, la mayoría de consistorios suelen exigir la inspección del sistema para comprobar su seguridad antes de «ponerlo en marcha».

Cadena de suministros

Es un obstáculo puntual derivado de la crisis de semiconductores y falta de abastecimiento en los principales puertos marítimos mundiales . «A ver, un contenedor de China hace más de un año costaba 1.000 euros traerlo y ahora te cuesta 15.000», señala Pilar Pérez, jefa de producto de Energías Renovables de Leroy Merlin. «Es cierto que hay problemas y se está viendo una subida de precios», añade Íñigo Amoribieta, CEO de Otovo. No obstante, «no se están produciendo retrasos, porque está todo bien planificado», coinciden ambos.

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