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El último ladrillo del muro de Roger Waters

Con su concierto de este sábado en Quebec el ex Pink Floyd se retira de los escenarios dejando un gran legado

El último ladrillo del muro de Roger Waters abc/angel de antonio

LAURA RIESTRA

«Hace 30 años cuando estaba como enfadado con la vida y no era un chico muy joven (de espíritu), me encontré a mí mismo a la defensiva porque estaba asustado con muchas cosas, y me di cuenta de que en esa historia personal, quizás hay escondida una alegoría sobre temas más generales y universales, políticos y sociales». Son las palabras con las que Roger Waters , ex bajista y cofundador de Pink Floyd, explicaba lo que había detrás del mítico e histórico album de la banda «The Wall» , que tiene ya más de 30 años (se lanzó el 30 de noviembre de 1979) y con el que daba comienzo a la que se convertiría en su última gira.

El 15 de septiembre de 2011 Toronto, en Canadá, fue testigo de cómo Waters puso de nuevo es escena una de las obras fundamentales en la historia del rock, que, además, está entre los cinco discos más vendidos de la historia. Ahora, este sábado, será Quebec el escenario en el que el ex Pink Floyd derrumbe por última vez su muro aunque lo único que caerán serán sus ladrillos porque su legado, así como el de la banda, se mantiene y se mantendrá intacto.

Cuando Waters anunció que regresaba con su obra cumbre era muy consciente de que volver a los escenarios con este disco no estaba para nada descontextualizado. Como él mismo ha explicado, era la pared contra la que estrelló sus neurosis -huérfano desde los cinco meses de un soldado de la Segunda Guerra Mundial, la ausencia paterna marcó su vida- que, a su vez, era la de toda una generación, que asistía a hechos históricos como la caída del muro de Berlín , y también lo es de la de ahora: «El mensaje que lanza «The Wall» sigue siendo válido, y más que nunca. Siempre ponemos muros. A veces son materiales, como el de Berlín, a veces seguimos poniéndolos, como es el caso de Israel, separando territorios. Pero en sentido metafórico siempre habrá muros que los humanos construimos y erigimos contra nuestros semejantes. Nunca se debe dejar de lanzar este mensaje al mundo, para reflexionar, y si es desde el mundo del arte, mejor que mejor», explica a ABC.es Pablo M. Beleña, director del Portal Esquizofrenia , especializado en rock progresivo.

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De hecho, el propio Waters puso énfasis a la hora de presentar su gira en que, más allá de poder servirse de una tecnología con la que solo podía soñar en los 80, los comentarios políticos y sociales de su disco aún están vigentes : «Cuando lo hicimos entonces, estábamos al final de la Guerra de Vietnam, y ahora hemos vivido las guerras de Irak y Afganistán, y hay un gran mensaje anti-bélico en «The Wall». Lo había entonces y lo hay ahora».

La relevancia musical

Más allá de su mensaje, «The Wall» ha supuesto musicalmente varias cosas, tanto para la banda, como para el mundo de la música. «En parte fue el principio del fin de Pink Floyd , que se había convertido en una banda de éxito, de masas, de grandes públicos, pero no estaban preparados. Eran unos jóvenes creativos y rompedores a los que la fama les quedó grande . Waters fue el mejor ejemplo: «The Wall» era su obra, su legado, su creación, su plasmación del alma. El resto de la banda no pudo competir con su ego , cuando el éxito les rodeó por todas partes. Supongo que es normal, no tiene nada de cuestionable. ¿Quién podría toser a Mozart o Beethoven en sus épocas? Seguro que no admitían críticas, y que se creían dioses de la música. Es complicado ser una banda de música, siempre se ha dicho. Cuando hay demasiado talento es mejor que cada uno vaya por su lado...», explica Muñoz.

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Realmente fue así, «The Wall» fue la obra de Waters y el punto de inflexión de unas tensiones que desembocan en el conclicto de 1985, año en el que se anuncia la disolución de la banda y tras la que dos de sus componentes, David Gilmour y Nick Mason comienzan a grabar un disco como Pink Floyd. Esto dio lugar a un largo proceso jurídico en el que Waters demanda que el nombre de Pink Floyd deje de ser utilizado. Finalmente, tras el juicio, se da la razón a Gilmour y Mason aunque los derechos de «The Wall» quedan para Waters exclusivamente, así como todos los temas que hayan sido compuestos por él. Con esta resolución se rompen por completo los lazos personales entre los dos bandos hasta que, en el año 2005, vuelven a reunirse, de manera puntual, en un escenario. Este hecho excepcional se repitió Londres el pasado año cuando Gilmour se subió a lo alto del muro para tocar el solo de «Comfortably Numb». Sin embargo, si tras el juicio una banda había muerto, se había consolidado ya la leyenda y, con ella, su legado.

De hecho el sonido de Pink Floyd ha sido clave para el desarrollo de la música . Si en los 60 fueron los Beatles los que sentaron las bases del pop, la banda de Londres fue un referente tanto a nivel musical como técnico. Una de las cosas más asombrosas de un disco como el «Dark Side of the Moon» es la calidad con la que suena cuarenta años después de su grabación. La banda ha sido pionera en el uso de sistemas de sonido cuadrafónico , elevando la experiencia auditiva a un nuevo nivel.

Las bandas actuales

Musicalmente hablando, de Pink Floyd beben las grandes bandas de rock progresivo de la actualidad, un género que, si bien no posee una masa de seguidores especialmente elevada, cuenta con un enorme y variado número de representantes, muchos de ellos de gran nivel. Las bases del rock la sentaron los gigantes del progresivo de los años 70, principalmente Pink Floyd, King Crimson , Yes, Genesis o Jethro Tull. En la actualidad, el género se ha diversificado enormemente, con bandas legendarias dentro del Metal Progresivo, como Dream Theater , quienes incluso han versionado a Pink Floyd en alguna de sus giras, o Tool , banda que juega mucho con la simbología y con el concepto.

Uno de los artistas en los que resulta más patente la influencia de Pink Floyd es Steven Wilson . Con más de 25 años de carrera a sus espaldas, el músico y compositor detrás de Porcupine Tree es uno de los mayores legados de Pink Floyd cuando se habla de progresivo en la actualidad. Incluso en Radiohead se ven muchas influencias de Pink Floyd. Su «Ok Computer» ha sido varias veces denominado el Dark Side of the Moon de los 90.

Tres generaciones

Pero su influencia no queda reflejada solo en el mundo de los músicos, también ha marcado a tres generaciones distintas. «"The Wall", junto con el resto de trabajos de Pink Floyd, es uno de los grandes culpables de la p asión que siento por un género como el rock progresivo. Fue la banda que me abrió las puertas a un nuevo estilo, más elaborado, con canciones más largas y complejas y con el concepto como núcleo de la obra . En consecuencia, es responsable de mi manía de escuchar los álbumes completos, en estos tiempos en los que predomina en el mundo de la música es el hit, los tres minutos que te enganchen y desechar todas aquellas canciones que no te encajen», asegura a ABC.es Lucas Varas, seguidor de la banda.

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A sus 27 años, fue uno de los miles asistentes al concierto de Waters en el Palacio de los Deportes de Madrid el pasado marzo: «Fueron probablemente las dos horas y media más intensas de mi vida, musicalmente hablando. Fue un espectáculo soberbio , por cómo sonó y cómo se vio. Si el disco es excesivo, el directo lo es aún mucho más, generando un ambiente cada vez más opresivo a medida que iba avanzando el concierto», describe Varas.

Una de las cosas más llamativas del espectáculo es lo actual que resulta el mensaje de un disco publicado hace tres décadas. De hecho, en la gira se adaptaron las proyecciones y parte del espectáculo visual a sucesos de la actualidad, enriqueciendo una obra con un mensaje ya de por sí tremendamente crítico.

«En lo personal, siempre tuve «The Wall» como ese directo al que me gustaría haber ido pero que resultaba imposible por razones obvias. Si bien no ha sido con la banda al completo, haber podido asistir al montaje de uno de los directos más míticos de la historia del rock es algo que nunca olvidaré», asegura Varas.

Su retirada

Preguntado sobre si considera que es un tipo de música que hoy en día puede triunfar , este seguidor lo tiene claro: «Sí. Pink Floyd sigue siendo una banda que vende bien y la larguísima gira de El Muro ha sido un enorme éxito. Pocos aficionados a la música son tan fieles y metódicos a la hora de escuchar música como los seguidores del rock progresivo. Pero sí se percibe que es un género al que le cuesta arrastrar una gran masa. En un momento en el que hay muchas y muy variadas bandas de una enorme calidad, el entorno no ayuda a su difusión: tienen las radiofórmulas fuera de su alcance, y en un momento en el que la música se mueve en forma de descargas o directamente a través de internet, el concepto del álbum , tan arraigado al rock progresivo, se está perdiendo poco a poco entre los aficionados a la música».

Con todo, las cifras acompañan a Waters y no hay duda de que su decisión de volver a los escenarios con su muro ha sido un éxito: lidera la venta global de entradas de conciertos en la primera mitad del año, batiendo a artistas como Bruce Springsteen, Coldplay o Lady Gaga, según una lista elaborada por la revista Pollstar, especializada en el negocio de las giras musicales.

Este sábado derrumbará por última vez su muro , un muro que ha sido el de muchos, y con el que se ha ganado un capítulo en la historia de la música.

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