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Roger Waters y el muro de la vergüenza

El británico conquista el Palau Sant Jordi con la espectacular puesta en escena de «The Wall»

EFE

DAVID MORÁN

Sonaron tambores de guerra, se iluminó el escenario con ráfagas pirotécnicas y, ladrillo a ladrillo, el muro, ese "The Wall" con el que Pink Floyd prácticamente inventaron el rock de estadios, cobró forma de nuevo sobre el escenario del Palau Sant Jordi de la mano ... de Roger Waters. El bajista e ideólogo de la banda británica ya recuperó hace cuatro años el faraónico "The Dark Side Of The Moon" pero lo de anoche, con un sonido cristalino e inmaculado y un apabullante alud de efectos visuales, fue otra cosa; una actualización en toda regla con la que, además de saldar una deuda pendiente, consiguió dejar boquiabiertos a los 18.000 espectadores que abarrotaron el Sant Jordi, maniobra que repetirá esta noche con una segunda fecha para la que aún quedan entradas.

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