Así «educa» Al Shabab a sus jóvenes
Imágenes de una graduación de niños soldado recién incorporados a la milicia islamista reabren el debate sobre la implicación de menores de edad en el conflicto de Somalia
EDUARDO S. MOLANO
De la escuela, al martirio. Las recientes imágenes distribuidas por la milicia islamista Al Shabab de jóvenes «muyahidines» vuelven a sacar a la luz la cruda implicación de menores de edad en el conflicto de Somalia.
En las fotografías, tomadas en Afgoye poco antes ... de que esta localidad fuera capturada por tropas del Gobierno somalí, se muestra la graduación de al menos una decena de niños soldado recién incorporados a la milicia.
Una situación, ciertamente común a ambos lados de la trinchera. A principios de año, la organización Human Rights Watch denunciaba cómo centenares de menores de edad son empleados como «carne de cañón» por los actores participantes en el conflicto , desde el grupo islamista, a las milicias privadas que operan bajo el amparo del Ejército de Kenia o Somalia.
En el informe titulado «No es lugar para los niños: Reclutamiento infantil, matrimonio forzado y ataques a escuelas en Somalia», la organización acusa a la insurgencia islamista de obligar a cada vez más niños — algunos de ellos de solo 10 años de edad — a unirse a sus filas, bien como parte integral de sus fuerzas o bien como terroristas suicidas. De igual manera, el grupo denuncia que las fuerzas del Gobierno y sus milicias asociadas violan todos los acuerdos humanitarios contraídos previamente al utilizar también a los niños como soldados.
«Los espantosos» abusos cometidos por las milicias islamistas «no excusan el uso que el Gobierno Federal de Transición hace de los niños soldado», destaca la subdirectora del departamento de protección infantil de Human Rights Watch, Zama Coursen-Neff.
Los grupos militares, eso sí, niegan la mayor (pese a lo explícito de las imágenes). Recientemente el general Ahmed Islam Madobe, quien apoyado por el Gobierno de Somalia y Kenia dirige la milicia privada «Ras Kamboni» contra los rebeldes islamistas, señalaba a ABC que su organización «no ha usado, ni usará, nunca a menores de edad», pese a las acusaciones que pesan sobre el grupo.
Sangría educativa
Y no son escasas. Ya a mediados de 2010, la representante del secretario general de la ONU para los Niños en Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, advirtió de que el Gobierno somalí estaba captando para sus filas a decenas de niños soldado.
De igual modo, Coomaraswamy aseguró sentirse «muy decepcionada» por la decisión del presidente estadounidense, Barack Obama , de seguir prestando apoyo financiero al Gobierno de Sharif Sheikh Ahmed, pese a su más que palpable violación de derechos humanos.
Aunque los motivos parecen obvios. En la actualidad, tanto EE.UU. como Somalia son los únicos países del mundo que se mantienen sin ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989 (aunque, de momento, tampoco lo ha hecho la recién creada Sudán del Sur). Un texto que impide la participación de menores en conflicto, así como su tráfico.
Mientras, la sangría educativa continúa. Según la organización «Global Campaign for Education», en 2010, el índice de escolaridad de Somalia era de tan sólo el 10% y su analfabetismo del 70%; lo que convertía al país africano en el «peor lugar del mundo para los menores en edad colegial».
Dos años después, no es extraño que algunos menores cambien lápices por fusiles.
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