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Enric Montefusco: «Ya no me siento identificado con Adelante Bonaparte»

Standstill celebra su fin de gira en Madrid y Barcelona con tres conciertos diferentes en cada ciudad. El vocalista de la banda habla de las apuestas escénicas del grupo y hace balance de su último disco

Enric Montefusco: «Ya no me siento identificado con Adelante Bonaparte» E. VASCONCELLOS

e.vasconcellos

Cuando sonó el teléfono, Enric Montefusco ya sabía quién era. La llamada anunciaba un funeral, y el sepelio, el principio de Adelante Bonaparte (2010), un triple EP cuya gira ha durado dos años. El próximo 9 de junio, Standstill se despedirá de los escenarios durante un tiempo. El necesario para reponer fuerzas y preparar su sexto disco. El reto es notable. Adelante Bonaparte, una obra de artesanía musical y personal que multiplica sus efectos en el directo, fue el resultado de cuatro años de trabajo.

El grupo actuará en el Círculo de Bellas Artes el 21 y 22 de mayo, y en la sala Joy Eslava dos días más tarde . El 7, 8 y 9 de junio repetirá la gesta en el Auditori y la Sala Apolo de Barcelona. Cada noche ofrecerán un formato de concierto diferente. Empezarán con la «Bonaparte Ensemble», una orquesta compuesta por 13 músicos que participaron en la grabación del disco. Continuarán con el hipnótico «Rooom», un espectáculo audiovisual con música en directo que ilustra la vida de B., el protagonista de Adelante Bonaparte, y cerrarán el círculo con «Rock», un concierto en el que repasarán los temas de sus últimos discos en un ambiente, a priori, menos íntimo y más enérgico.

Enric Montefusco responde a las preguntas de ABC semiescondido en un sofá de la cafetería del Círculo de Bellas Artes. Habla bajo y las palabras le caen como gotas. Ha pasado la noche al volante, junto a su perro, y en la mesa descansan los restos de un desayuno tardío.

- Adelante Bonaparte se ha traducido en una gira de dos años y en tres formatos diferentes de concierto, ¿esperabais algo así cuando sacasteis este triple EP?

- No, sobre la marcha nos dimos cuenta de que todo lo que contenía el disco podía ser mucho más. Por un lado, se podía hacer hincapié en la riqueza instrumental, y por otro, en el lado más conceptual del disco. También entendimos que no teníamos por qué renunciar a un concierto habitual de rock, con lo cual, sin querer, vimos que teníamos tres formatos de directo y juntos definían lo que quería hacer Standstill. No fue algo muy buscado.

- ¿Cómo conseguís que los tres funcionen? ¿En cuál os encontráis más a gusto?

En cada concierto optimizamos diferentes partes del disco

- Hay que tener claro qué ofreces en cada formato. Tener claro quién eres y qué tienes que decir. Hay que saber cómo separarlos, hacer que tengan entidad propia y pensar cómo se puede optimizar la parte instrumental del disco («Bonaparte Ensemble»), la estrictamente conceptual («Rooom») y la energética («Rock») y que dé resultado. Son códigos diferentes, es difícil comparar. El formato de rock es más epidérmico, la gente canta más, hay más interacción... Pero la gente se lleva más cosas a casa después de un «Rooom», le afecta más profundamente. Es difícil valorar cuál es el «mejor». Lo importante no es comparar, sino sumar.

- La intrahistoria de Adelante Bonaparte no se entiende del todo sin ver el espectáculo audiovisual

- El disco necesita muchas escuchas para llegar a entender lo que espero que se entienda. Hay gente que no tiene el tiempo y la energía para escuchar 80 veces la misma canción. En «Rooom» estás delante de unas imágenes que te explican una historia, haces un viaje y el espectáculo te «obliga» a comprender lo que ocurre. Lo difícil es ir sumando disciplinas sin que el espectáculo se convierta en algo demasiado disperso. El reto es que no compitan, sino que se complementen. Este formato funciona muy bien porque la parte audiovisual ayuda a explicar el sentido de toda la dramaturgia que hay detrás del disco.

- El último disco tiene un gran peso autobiográfico, es más «suyo» que del resto del grupo

Detrás de cada canción hay algo que he vivido, pero es sano mantener la distancia

Detrás de cada EP y de cada canción hay algo que he vivido y que necesitaba explicar. Eso no quiere decir que cada circunstancia concreta, cada frase, sea exactamente como la describo. Es importante saber que todo esto nace de la realidad, pero guardo un poco la distancia. Creo que es sano crear un personaje que tenga mucho de ti pero haya algo que se quede fuera. Cada disco es un ejercicio racional que trata de sintetizar un momento concreto de tu vida. En Adelante Bonaparte, por ejemplo, el tema de fondo es la paternidad, la reflexión sobre tener o no un hijo. El disco recrea la infancia, la adolescencia, la juventud (entre comillas) y el amor.

- Tenéis varias versiones de algunos temas, ¿crees que las obras son ilimitadas, que siempre se pueden reinventar?

Totalmente. En un EP que sacamos en 2005 ponía una frase: «Las canciones no se acaban, se abandonan». Me estoy citando a mí mismo, es horrible (risas). A nivel personal, como compositor, podría estar con una canción toda la vida entera, pero siempre es el mundo exterior el que te dice: «Acaba ya, tienes que sacar un disco, tienes que vivir de ello, déjalo».

Yo cambio constantemente. Cuando parece que algo está medio resuelto, pasa un poco de tiempo y ya no lo veo igual. Lo que acaba pasando es que hago un espectáculo que más o menos representa una etapa de mi vida y que al cabo del tiempo queda obsoleto. Es lo que ahora mismo me pasa con Adelante Bonaparte: ya no me siento identificado. En la medida en que te siguen pasando cosas y sigues conociendo gente, sigues creciendo y cambiando. Eso me empuja a decir cosas nuevas y hacerlo de formas estimulantes y diferentes.

- Desde que empezasteis a tocar habéis experimentado notables cambios de rumbo. Habéis pasado del hardcore en inglés a un estilo propio inclasificable. ¿Cómo ha reaccionado el público a lo largo de estos años?

- Desde que hicimos la maqueta hasta que sacamos el primer EP en 1997 ya hubo gente que dejó de ver lo que había visto antes en nosotros. Nos ha ocurrido con todos los discos. Uno tiene que ser permeable a eso. Vas haciendo un trayecto, vas pasando cerca de diferentes escenas o estilos y a medida que te acercas hay gente que se interesa por ti, pero no por quién eres o por lo que ofreces, sino porque pareces «de ese rollo». En realidad lo que les gusta es el rollo, no tú. Nuestro camino ha consistido en ir reivindicándonos a nosotros mismos. No me gusta que alguien repita discos porque se supone que eso es lo que gusta, mientras su cabeza y sus inquietudes están en otro lugar. A mí me aburre, pero cada uno puede hacer lo que quiera.

- ¿Cuánto habrá que esperar para vuestro próximo disco?

- Lo ideal sería sacarlo a principios del año que viene. El último disco se retrasó más de lo natural porque grabamos «Diez años y una zanahoria», una película documental sobre el grupo. Bueno... todo indica que el año que viene tendremos el disco.

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