Arantxa Sánchez Vicario: «Mis padres me han anulado»
La extenista presentó ayer su polémica biografía con un acto en el que se limitó a leer un comunicado
DAVID MORÁN
Fue la propia Arantxa Sánchez Vicario quien abrió la caja de los truenos al publicar «¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer» (La Esfera de los Libros), libro en el que carga duramente contra su familia y acusa a sus padres de ... haberla dejado en la ruina, pero la extenista prefirió pasar ayer de puntillas sobre la polémica y no ahondar (demasiado) en la herida. «Os podéis imaginar lo doloroso que ha sido publicar mis memorias, pero tenía una necesidad vital; no podía seguir simulando una relación inexistente», aseguró la cuatro veces ganadora de Roland Garros durante una presentación que, pese a la gran expectación —«desde la última vez que pisé las pistas no había visto tantos periodistas juntos», aseguró sorprendida—, se limitó a un par de parlamentos estrictamente deportivos y a la lectura de un comunicado.
La capitana de la Copa Federación ya avisó la semana pasada, cuando su madre respondió a sus acusaciones a través de un comunicado —«constaté que nuestra hija Arantxa había dado un paso más en su voluntad de herirnos y humillarnos», podía leerse—, de que hablaría el día 14. Y aunque al final sí que habló, no lo hizo de la manera esperada.
Demandas y silencios
«Quiero recuperar la normalidad», leyó durante una intervención en la que pese a las quejas de los periodistas no se aceptaron preguntas, y dando a entender que quizá esa normalidad pase por alejarse de nuevo de esos focos, con los que se ha reencontrado aparatosamente tras publicar sus memorias, y dejar en manos de sus abogados las cuatro demandas judiciales que actualmente están en marcha. «No puedo hablar de este tema. Son los abogados quienes trabajan en ello», se limitó a decir Sánchez Vicario sobre las querellas interpuestas contra sus padres y hermanos por malversación de fondos y apropiación indebida.
«¿Puede alguien pensar que yo no quería que esto se quedara en la familia? Lo he intentado por las buenas», siguió Arantxa refiriéndose a un
libro en el que acusa a sus padres de haber dilapidado cerca de 45 millones de euros. Y aunque la extenista no tuvo ayer que devolver ningún golpe, ya que todas las bolas llegaban en la misma dirección, sí que se fue resquebrajando a medida que leía el comunicado y acabó rompiendo a llorar.
No se le pudo preguntar sobre las declaraciones de su hermano Emilio a este diario —«nos vamos a reír cuando leamos su libro»—, pero ella misma propinó un nuevo revés a sus relaciones familiares insistiendo en el papel que habían jugado sus padres en su carrera. «Soy la misma persona de siempre, solo que ahora no quiero esconderme y fingir una relación inexistente —aseguró—. No soy una persona desagradecida, siempre he agradecido a mis padres su apoyo, todos los padres hacen lo mejor para sus hijos; sin embargo, conmigo han ejercido un control y una sobreprotección que me han anulado en muchos momentos cruciales de mi vida».
Tampoco sus hermanos salieron demasiado bien parados de una presentación a la que Arantxa acudió acompañada por su marido, Pep Santacana, a quien amigos de la familia acusan de ser responsable del enfrentamiento. «Mis hermanos se han casado con quien han querido, ¿pueden ellos decidir con quién debo yo compartir mi vida?», se preguntó. Y todo mientras el libro sigue su triunfal paseo por las librerías de todo el país —en apenas una semana ya han tenido que lanzar una segunda edición— intentando buscar el difícil equilibrio entre la glosa deportiva y la colección de reproches aireados en público.
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