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el jukebox de la historia

Willie Nelson: el vaquero melancólico

A sus setenta y ocho años, el carismático artista texano sigue siendo uno de los grandes referentes de la música country

Willie Nelson: el vaquero melancólico abc

manuel de la fuente

Tiene una cara más escarpada que la cordillera de las Rocosas . Un tipo duro, de esos con los que más vale no encontrarse en un callejón, o en medio del desierto de Mojave . No es de gatillo fácil, es de los que te mira y te deshace. Un forajido de leyenda , un fuera de la ley curtido en los garitos y honky-tonk de los territorios de la Unión. Un hijo de Texas , quinta del 33, el estado de la Estrella Solitaria . Y solitario, por libre, por su cuenta, siempre ha ido Willie Nelson por los caminos de la música.

Siendo un chaval, su padre murió y su santa madre salió por piernas. Sus abuelos se encargaron de la educación de Willie y su hermana Bobbie , y en ella no faltaron los enseñanzas musicales, hasta el punto de que a los siete años Willie ya hacía sus pinitos como compositor y guitarrista. Pero el camino hasta el éxito iba a ser largo.

Al margen de Nashville

Willie Nelson trabajó durante años de DJ, al tiempo que iba escribiendo canciones que serían exitazos en las versiones de otros, como Ray Price («Night Life»), Patsy Cline («Crazy»), Faron Young («Hello Walls»). En los primeros setenta, se buscó un compinche de su calaña, Waylon Jennings , y entre los dos se inventaron el llamado «outlaw country», el country forajido, que nació y vivió al margen de los a menudo pasteleros designios de Nashville . Porque la música de Willie Nelson siempre fue personalísima e intransferible, un ponche de combate en el que cabían pop de toda la vida, country tradicional, western swing, jazz, baladas de vaqueros, música de tugurio, rock and roll, folk, blues... Nelson pasó por grupos como los Cherokee Cowboys , en los 60, y bandas que infundían el temor entre los puretas y tradicionalistas como los Highwaymen , algo así como los Salteadores de Caminos, banda en la que también cabalgaban tipos de cuidado como el citado Waylon Jennings , Johnny Cash , y Kris Kristofferson .

Uno de sus grandes éxitos fue un dueto con Julio Iglesias

De paso, Willie también hizo algún pinito en el cine, como en «El jinete eléctrico» , de Robert Redford, y curiosamente a principios de los 80 llegaron dos de los grandes éxitoazos de toda su carrera: una versión del clásico de Elvis «Always on My Mind» , y, hecho bastante insólito (no hay más que comparar sus trazas) un dueto con nuestro Julio Iglesias : «To All the Girls I've Loved Before», en 1984. Desde ese momento, una nueva generación de artistas se incorpora a la pradera de la música country, y Willie y compañía quedan un tanto en la cuneta, aunque eso sí, nuestro texano pone en marcha (1985) el Farm Aid , un concierto benéfico annual en ayuda de los granejros más desfavorecidos.

El búfalo astifino de Hacienda

Sin embargo, en 1990 Willie tuvo que lidiar con uno de los búfalos más astifinos de la Unión: el IRS (Hacienda, para entendernos) que le reclamaba la nada despreciable cifra de de 16.7 millones de dólares (casi trece millones de euros) por impuestos que no había pagado. Willie tuvo que vender hasta los calzones : casas, granjas, estudios de su propiedad, y cuando estaba poniendo al día, el buen humor y el cuajo de este vaquero salió a relucir con un título que no deja lugar a dudas: «The IRS Tapes: Who'll Buy My Memories?» («Las grabaciones del IRS. ¿Quién comprará mis recuerdos?», cuyos beneficios precisamente fueron a parar al IRS. EN 1993, saldada la deuda, lanzó uno de sus álbumes magistrales «Across the Borderline» , con la colaboración de artistas como Dylan, Bonnie Raitt, Paul Simon , Sinéad O'Connor, David Crosby y Kris Kristofferson . Ese mismo año ingresó en el Salón de la Fama de la Música Country .

Desde entonces, Willie Nelson ha seguido grabando con mayor o menos asiduirdad y na ha parado de ofrecer conciertos. Su figura y su música han sido una semilla realmente fértil para el posterior desarrollo del country alternativo, y lo que en los últimos años se ha denominado sonido americana. Al filo de los 80 años, la cara de Willie Nelson parece esculpida en piedra como la de los presidentes el monte Rushmore , en Dakota del Sur.

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