LA GRAN DERROTADA
Ségolène Royal amenaza con seguir dando guerra
Su hundimiento entre los simpatizantes socialistas no la priva de una cierta influencia entre el electorado femenino de provincias
J. P. QUIÑONERO
El padre de sus hijos (François Hollande) la dejó en vísperas de las presidenciales de 2007, cuando, candidata socialista, fue derrotada por Nicolas Sarkozy. Sus electores la han abandonado en la primera vuelta de la primarias socialistas del domingo, fugándose con su portavoz de hace ... cuatro años, Arnaud de Montebourg. Ségolène Royal vivió su luna de miel con la opinión pública francesa entre el verano de 2006 (cuando se dejó fotografiar en bañador, luciendo un espléndido cuerpo) y el mes de mayo de 2007, cuando Sarkozy la derrotó en la segunda vuelta presidencial.
Ségolène esperaba rehacer su victoriosa campaña de las primarias de 2006. Pero los votantes en las primarias del domingo pasado la relegaron a un humillante tercer puesto, con poco menos de un 7 por ciento de los votos, 10 menos que Montebourg. Rompió a llorar ante las cámaras, cuando se vio forzada a comentar unos resultados catastróficos . Pero no perdió el tipo completamente. Y siguió presentándose como una «víctima» de los «aparatos», dispuesta a vender muy caro su posible apoyo al padre de sus hijos (Hollande) o a su más vieja enemiga (Aubry).
Presidenta de la región Poitou-Charante, Ségolène no se da por vencida y «amenaza» con seguir dando guerra en la escena política nacional. Su hundimiento entre los simpatizantes socialistas no la priva de una cierta influencia entre el electorado femenino de provincias, que puede tener su importancia en la segunda vuelta de las primarias socialistas y en las presidenciales de la primavera que viene.
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