Detenido por matar y enterrar a un vecino en un pueblo de Segovia
El supuesto culpable se entregó tras localizarse el cadáver del pastor fallecido en Aldea Real
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Con incredulidad por confirmarse que las rivalidades conocidas durante años hayan terminado de manera tan trágica, pero con una sorpresa contenida porque «era algo que se veía venir». Así fue despertando ayer la localidad segoviana de Aldea Real tras conocerse que uno de sus propios ... vecinos, un hombre de 37 años, permanecía en el Cuartel de la Guardia Civil de Aguilafuente tras haberse entregado en torno a la media noche como presunto culpable de la muerte de Leonardo C. G., el pastor del mismo pueblo que había desaparecido el domingo y cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en la tarde del lunes.
Los enfrentamientos por los pastos entre ambas familias de ganaderos no eran nuevos y éste parece ser el origen de la discusión que acabó con la vida de Leo, de 64 años y soltero. Las disputas eran constantes y las denuncias mutuas entre ambas partes, frecuentes. Pero esta vez, la pelea que supuestamente comenzó en el paraje de los Estepares —donde ayer continuaban los precintos de la Guardia Civil— terminó de forma dramática. Lo que allí ocurrió y cómo se trasladó el cuerpo a cerca de diez kilómetros de donde supuestamente comenzó todo es lo que la investigación trata de aclarar, así como si más personas están implicadas en la muerte y posterior traslado y ocultación del cuerpo. Y es que el cadáver del pastor fallecido fue hallado semienterrado y oculto en una saca en una zona de pinar, cerca del vertedero de animales donde es frecuente ver a buitres en busca de carroña, entre Aguilafuente y Lastras de Cuéllar. El hecho de que fuese localizado en estas circunstancias centró la investigación hacia una muerte violenta. Las pistas ya estaban sobre un sospechoso cuando éste, tras sufrir un ataque de ansiedad, se entregó a la Guardia Civil, que ayer por la mañana acudió a recoger el tractor, la pala y los cultivadores que presuntamente utilizó para ocultar las pruebas y el cuerpo.
El suceso era el comentario de todas las conversaciones ayer en Aldea Real, un pueblo de unos 350 habitantes donde la noticia corrió como la pólvora. Lo mismo que la preocupación por la desaparición, el domingo, de Leo, una vez que uno de sus hermanos dio la voz de alarma al comprobar que no estaba ni en su casa ni en la nave y localizar al rebaño solo. Los perros «careas», que no se separaban de su amo, regresaban ya al domicilio, donde ayer esperaban al pastor a la sombra, como todos los días.
Ya en ese momento, y antes de que la denuncia pudiese ser formalizada oficialmente una vez pasadas 24 horas de la desaparición, se movilizó un amplio dispositivo de búsqueda al que se sumaron agentes de la Benemérita de otros cuarteles y medio centenar de vecinos, que peinó sin suerte en la zona en la que estaban las ovejas. Leo tenía mal un tobillo y por sus propios medios no podía haber ido muy lejos. Las labores de búsqueda se reanudaron el lunes en ese mismo entorno, donde al parecer se originó la riña. Su funeral tendrá lugar hoy a las 11.00 en Aldea Real.
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