La trama de la SGAE se cobra la cabeza de Bautista

Este era el punto más duro de las negociaciones mantenidas durante los días pasados que ha provocado el levantamiento de gran parte de los autores, firmantes de un manifiesto para refundar la entidad, que exigían la salida de Bautista como consecuencia de las investigaciones e imputaciones de la Audiencia Nacional. También los editores exigían su marcha. La misma ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde veía bien que se apartara al presidente del Consejo de Dirección, según reconocía la semana pasada. Muchos habían considerado la dimisión de Teddy Bautista como paso imprescindible para poder limpiar la imagen de la entidad y para congraciarse también con la opinión pública. En el comunicado de ayer, se daba ese paso que tanto le ha costado a Bautista aceptar. En el texto, la junta directiva le manifestaba su agradecimiento y expresaban «la mayor confianza en su honorabilidad».

La espera ayer se hizo larga. Prevista para celebrarse por la mañana, finalmente la primera reunión de la nueva junta se trasladó a la tarde. Otro de los puntos más importantes de la cita de ayer era la elección, por parte de la junta, de la comisión rectora que dirigirá la SGAE en la crisis abierta, formada por cuatro autores: Ernesto Caballero, Imanol Uribe, Víctor Manuel, Tomás Marco, y un editor, Álvaro de Torres. Una comisión que estará dirigida por un gestor externo, que según adelantó ayer ABC será Miguel Satrústegui (Madrid, 1949) licenciado en Derecho y en Empresariales, director de Bellas Artes en 1984 y subsecretario del Ministerio de Cultura en 1987, y vinculado al grupo Prisa.

La primera tarea de la comisión será la de encomendar «una investigación interna» que será desarrollada por «un jurista de reputado prestigio, externo a la SGAE». Dicho informe servirá para «depurar las responsabilidades incurridas y para proponer un Código de Buen Gobierno». Un informe, que, una vez terminado, será entregado a la Audiencia Nacional.

Otra de sus iniciativas para la «renovación» de la entidad será la de «examinar la totalidad de sus actividades y consultar con los socios las reformas estatutarias pertinentes para garantizar la democracia y transparencia, tendiendo puentes a todos los socios y colectivos que quieran participar en el proceso de reforma de la SGAE».

Pero quizá el punto más llamativo, después de la renuncia de Bautista, por supuesto, ha sido la decisión de nombrar un patronato de la Fundación —Autor, suponemos—, y los órganos de Gobierno de Arteria, «que tendrán plenas facultades para la reforma integral de todas sus actividades». Arteria se ha convertido en la gran brecha entre los socios de la entidad, pues consideran que este megalómano proyecto de red de teatros está llevando a la bancarrota a la SGAE, que debe créditos por valor de muchos millones de euros, al haber comprado espacios en la burbuja inmobiliaria tanto en España como en Iberoamérica. También hay voces que desde hace tiempo han denunciado ciertas irregularidades que le han valido a Bautista y a sus colaboradores varias querellas. Las funciones ejecutivas en la Fundación y en Arteria serán asumidas también por Miguel Satrústegui.