Mauricio Macri, «el jefe» quiere repetir

Ingeniero de profesión Macri lleva cuatro años al frente de la capital argentina. En el 2005 se estrenó, como diputado, en esta carrera política de fondo cuya meta final, sin duda, es la Casa Rosada. Al frente de su partido, Pro (Propuesta Republicana), evita encasillarse entre derecha e izquierda, definiciones que considera “obsoletas”. Su Administración ha tenido, de forma permanente, la oposición del Gobierno Nacional. Lamenta que le pongan “palos en la rueda” y hasta intervengan para “que no nos den créditos”.

Terco y paciente Macri sufrió las de Caín para poner en marcha una Policía propia pese a que, una y otra vez, la Administración Central le negó los fondos. La creación de esta fuerza le dio enormes dolores de cabeza por designar inicialmente al frente de la misma a Jorge “el fino” Palacios, ex agente procesado por una causa de escuchas ilegales.

Uno de los momentos más tensos de su gestión fue el asalto de miles de okupas que acamparon en el Parque Indoamericano. Aquel suceso terminó con varios muertos y puso en evidencia la falta de colaboración entre ambas Administraciones.

Entre los reproches que recibe figura en primer término la falta de seguridad, una red de metro escasa y el incumplimiento de promesas de campaña. Él se defiende, “la Policía metropolitana es un avance y está muy bien” y “una ciudad se transforma por completo en 10 y 15 años, así pasó en Madrid”.