Pat Metherny: el pop y otras habitaciones

¿Cómo se relacionan el mundo del jazz y del pop?

Uno de los mejores aspectos del jazz es que requiere que reinterpretemos aspectos de la música popular a través de nuestra expresión. Ha habido músicos que han sido capaces de tomar canciones pop muy corrientes y descubrir bajo la superficie algo que no era obvio. Me entristece ver al jazz perder su lugar en la mesa de la cultura popular. Ha habido un movimiento en los últimos veinte años que ha querido convertir este género en música clásica. Yo me resisto a ello. A mí me gusta que el jazz se considere folk o pop, me gusta que esté en las calles como parte de la vida diaria, más que algo que encuentras en alguna institución o algo así.

¿Qué le resulta más difícil: moldear una composición propia o trabajar con un molde ya hecho?

Las oportunidades que te brinda ser un músico de improvisación dependen mucho del contexto. Para mí, lo importante es utilizar la plataforma que sea para iluminar las cosas que encuentro interesantes, bellas o excitantes. Puedes echar un vistazo al trabajo que he hecho durante los años como músico y verás que hay mucha variedad, hay todo tipo de cosas y creo que es un reflejo de mi interés en la música. Y es que me gusta casi todo. Me gustan cosas que son muy espontáneas, que son de mi propia creación, que toco con mi trío o con mi banda habitual. Sin embargo, algo que quizá no se había reflejado en mis grabaciones anteriores es que también me gusta tocar música de otra gente, y paso tanto tiempo tocando la mía que quizá no se note esa faceta. Me encanta interpretar canciones que le son familiares a la gente.

No hay ninguna composición propia en «What’s It All About». ¿Fue algo que tenía claro desde el principio?

En cierto modo sí. No sé cuantos discos tengo… Cuarenta o así, la mayoría con composiciones propias, y estos últimos años he grabado sobre todo álbumes bastante complejos a nivel musical. Me pareció que sería un descanso agradable hacer un disco con temas de otros. Sí, fue algo intencionado. Había muchas canciones que podría haber grabado y, en cierto modo, no quería pensarlo demasiado. Hice este disco en casa, por la noche, me acordaba de un tema y lo tocaba varias veces hasta que me parecía que estaba bien. Luego escogía otra y la tocaba. Cuando tuve bastantes, pensé en las que podían quedar mejor juntas en un álbum. Algo así como coger flores: se trata de hacer un bonito ramo.

¿En qué momento cree que se encuentra el mundo del jazz hoy?

Hay muchos grandes intérpretes, nuevos intérpretes interesantes y algunos veteranos que todavía siguen ahí. Y creo que hay, como siempre ha habido, un, digamos, uno por ciento de la población interesado en ello. Creo que se mantiene más o menos igual desde que estoy en ello. Pero lo que me preocupa es la calidad, y lo cierto es que donde vivo, en Nueva York, puedes salir y escuchar a intérpretes realmente buenos. Para mí esto es lo importante.

¿Cómo recibió la noticia de la muerte Enrique Morente , con quién trabajó recientemente?

Es una tragedia para todos los que le conocíamos y le queríamos, porque, además de ser un músico increíble, era una persona magnífica. Existe cierto paralelismo entre el flamenco y el jazz: hay una forma clásica que, si no es cuestionada, si no se le pide que se mueva, pierde lo que la hace especial. Y Enrique estaba muy comprometido con la idea de empujar la forma. En ese sentido, admiro su coraje además de su talento. Había un movimiento conservador, pero él lo ignoró e hizo aquello que como músico creyó necesario. El futuro es seguir haciendo preguntas y no quedarte en las respuestas que ya has dado.

Siendo muy joven conoció a Jaco Pastorius. ¿Qué recuerdos tiene de él? ¿Era tan imprevisible?

Hay una especie de versión mitológica de Jaco que existe en la conciencia popular, algo así como lo que tú dices. Para mí era uno de los mejores amigos que he tenido en mi vida. Nos conocimos cuando yo tenía diecisiete años y él diecinueve, antes de que ninguno de los dos fuéramos populares. Estábamos muy unidos y teníamos una relación única. Musicalmente, es el único jazzista de la época moderna que ha tenido un impacto popular similar al de Miles Davis. Ves un anuncio en la tele y escuchas a alguien intentando sonar como Jaco Pastorius .

¿En qué momento creativo se encuentra Pat Metheny? ¿Cuáles son ahora sus inquietudes musicales?

Es una pregunta difícil. Algunos músicos van cambiando constantemente de piel como las serpientes, como si fueran una persona diferente. Para mí no es así. Yo me siento conectado con todo lo que he hecho. Puedo seguir tocando las canciones de mi primer disco y me siento bien. Para mí ha sido un ejercicio de expansión, construyendo alrededor de aquello, añadiendo cosas y nunca he desechado nada. Todo forma parte de la misma pieza, así que es una cuestión moverse hacia delante y añadir nuevas habitaciones. La casa sigue siendo la misma, pero ahora está la habitación del trío, la de la orquesta, y uso todas las habitaciones todo el tiempo. Nunca cierro ninguna.