Obama se reinventará
ALBERTO SOTILLO
Obama llegó a la presidencia con la presunción de que iba a cambiar el mundo. Con un discurso un tanto onírico e irracional que movilizó a sus votantes, que era de lo que se trataba. Aquel «Yes, we can» parecía una versión para el siglo ... XXI de la canción «Over the Rainbow» (Más allá del Arco Iris) que Judy Garland cantaba en la película «El Mago de Oz» para contarnos que algún día Kansas sería un lugar sin angustias ni desvelos. Obviamente, hoy Obama no puede cantar ni el «Over the Rainbow» ni el «Yes, we can». Hoy, el discurso que moviliza al votante —no menos onírico y un tanto irracional— es el del «Tea Party», que proclama que Kansas es y seguirá siendo una tierra de tíos duros, herederos de míticos pioneros, del sheriff Pat Garret y Ronald Reagan, que no se dejan entrampar por las deudas ni están dispuestos a responsabilizarse de la mala salud del prójimo.
Tampoco puede decirse que Obama no haya intentado cambiar el mundo. Se ha embarcado en la misión imposible de la paz en Oriente Medio con una encomiable candidez. Y en plena crisis económica, con la deuda a la altura del gaznate, ha pedido al contribuyente que acepte una subida de impuestos para poner en marcha una micro-seguridad-social. Pero cambiar, el mundo no ha cambiado. Y el votante sospecha que jamás cambiará. Así que el presidente norteamericano tendrá que recuperar la vieja tradición de reinventarse a mitad de legislatura. Un proceso ya en marcha. Una nueva película, una renovada narrativa. Que en EE.UU., ya se sabe, gana el que mejor sabe contar una emocionante historia que haga vibrar a sus compatriotas. Nada tendría de extraño que Obama el Quimerista de 2008 se reconvierta en Obama el Hombre Práctico de 2013, el Apóstol de lo Posible, el Debelador de Quimeras frente a los soñadores del «Tea Party»... tan retroutópicos ellos.
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