Betancourt: «La sociedad colombiana es despiadada y está enferma de ira»
Ingrid Betancourt relata los seis años de secuestro en su libro «No hay silencio que no termine»; los colombianos no quieren leerlo
AGENCIAS
Justo cuando publica un libro sobre su cautiverio, Ingrid Betancourt confiesa que se sintió crucificada por algunos sectores de la prensa colombiana. La ex rehén de 48 años también se ha quejado, en una extensa entrevista publicada en El Espectador , de que "la sociedad ... colombiana es despiadada y está enferma de ira".
Noticias relacionadas
Betancourt, secuestrada por las FARC durante más de seis años, está haciendo una ronda de entrevistas para promocionar su libro y también ha pasado por el canal privado francés TF1, donde ha hablado de sus vivencias y el libro en el que las detalla, "No hay silencio que no termine" . Publicado esta semana en varios idiomas, la que fue la secuestrada más célebre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -de febrero de 2002 a julio de 2008- cree que "lo peor" de su experiencia fue la relación entre los seres humanos "y en particular el trato recibido por parte de los secuestradores". Preguntada por las tensiones vividas entre los propios rehenes, algunos de los cuales ya escribieron hace tiempo su visión de los hechos y no siempre la dejaron en muy buen lugar, la ex candidata a la presidencia de Colombia dijo haber retenido principalmente "la historia de la fraternidad entre todos en diferentes momentos". Algo que convirtió "este periodo de mi vida en un gran aprendizaje", agregó. Al respecto dijo que "sus compañeros de infortunio", con quienes a veces fue "difícil vivir", fueron también sus "ángeles" y los que le permitieron "mirar hacia el cielo". Fueron, dijo, los que "me sacaron del barro y me pusieron en un lugar en el que me sentía un ser humano", resaltó antes de concluir que debía a "mucha gente" el haber salido viva y entera de esa experiencia "tan dura". "Sola no me habría sentido capaz", subrayó Betancourt, quien resaltó que sin el amor de sus hijos y de su madre, "esa voz que me conecto a la vida", tampoco lo habría logrado. La ex senadora no entró en detalles sobre las violencias vividas que relata en su libro, ni sobre "las muchas cosas" que hacían que la situación fuese "horrible", pero sí comentó cómo se apoyó en el "concepto de dignidad", que si bien era muy abstracto "estaba muy presente". "Pienso que había Dios, la fe; la idea de que no era una coincidencia, una falta de suerte lo que vivía, que había una razón, algo superior, que incluso si no entendía lo que me ocurría, habría respuestas", manifestó Betancourt. Dijo haberse apoyado en "la conciencia de estar viviendo momentos inauditos" sobre los que debía dar testimonio, pues los colombianos tenían que saber lo que ocurría, y "el mundo también tenía que comprender".
Clara Rojas siente «lástima» por Ingrid
Por otro lado, la ex rehén Clara Rojas aseguró ayer que siente lástima por su otrora compañera de secuestro, la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, y calificó de falsas las afirmaciones que Betancourt hace de ella en su nuevo libro.
"Lo único que me queda es orar, que mi Dios le dé (a Betancourt) la luz que necesita", manifestó Rojas. "A mí ella me da lástima", observó.
En febrero de 2002, Rojas y Betancourt fueron secuestradas por las FARC en el sur del país, en momentos en que hacían campaña política de cara a las elecciones presidenciales.
"Es increíble que después de todo lo que hemos vivido haya llegado hasta este punto", comentó Rojas al referirse a varias publicaciones de prensa que dan cuenta de que Betancourt, en su libro "No hay silencio que no termine" , sostiene que ella le pidió permiso a las FARC para quedarse embarazada y que además en su escrito insinuó el nombre del padre de su hijo Emmanuel.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete