Vampire Weekend, elegantes rebeldes con causa
En el último concierto de su gira por Europa, la banda neoyorquina presentó su más reciente trabajo, «Contra», en el Teatro Circo Price
A partir de las ocho de la noche de ayer, la Ronda de Valencia de Madrid comenzó a plagarse de cientos de jóvenes que iban en dirección al teatro Circo Price para presenciar el último concierto de Vampire Weekend en Europa. Ellos vestidos con ... camisas escocesas, pantalones pitillo, jerseys vintage e incunfinbles mocasines; ellas, con leggings y blusas holgadas, trencas entalladas, foulards y accesorios clásicos. Los más madrugadores fueron los más afortunados al poder ver cómo Ezra Koenig , vocalista y líder de esta banda neoyorquina que despuntó en 2008, se paseaba de «incógnito» frente a las puertas del teatro para espiar a sus fans españoles. Al fin y al cabo, todos estaban allí por él.
Las luces del teatro se apagaron a las nuevo y cuarto de la noche y el escenario quedó iluminado por cinco arañas de cristal, un recordatorio de que la banda en cuestión tiene clase. Es que los VW (siglas por las que se los conoce) son cuatro amigos que salieron de los claustros de la selecta Universidad de Columbia para adentrarse en el mundo del indie rock, con una estética «preppy» y un sonido que recuerda las mejores épocas de Peter Gabriel . Una mezcla de ska, afro-pop y new wave. «White sky», uno de los temas de su nuevo disco, abrió el juego. Y el público -adolescentes y treintañeros cool- respondió dejándose seducir por los gritos de Ezra, cantante versátil que no teme a las impostaciones ni a los bailes «estilo Elvis».
Sonido fresco y desenfadado
El movedizo «Cousins», primer corte de «Contra», levantó al público de sus asientos. «La familia puede ser peligrosa», advirtió Ezra antes de ponerse a entonar este tema, una explosión de psicodelia con impronta rockera. Desde ese momento el cuarteto, que acaba de desbancar a Lady Gaga del número uno en Reino Unido, hizo un prolijo repaso por sus dos discos, intercalando ya clásicos como «Oxford Comma» y novedades como «Boston» y «Giving up the gun». Todos temas que calan por un sonido fresco y desenfadado, con letras que tienen mucho en común entre sí: amor juvenil, penurias de niño rico y aventuras universitarias en el lado «bien» de Central Park.
Como siempre ocurre, lo mejor quedó para el final. Tras abandonar el escenario, los chicos de VW regresaron para disparar tres bises de artillería pesada. «Horchata» , el himno a la bebida más internacional de Valencia, fue uno de los más esperados y cantados, lógico considerando su españolisimo título. Pero «Mansard Roof» fue el responsable del clímax, arrastrando a la gente a corear «los Argentinos colapsan vencidos», una de las líneas más curiosas del tema y evidencia de la ironía culta de la banda. El cierre estuvo a cargo de «Walcott», una canción que habla de cómo escapar de las exclusivas –aunque tediosas- playas de Cape Cod, una prueba más del imaginario Vampire Weekend que tanto atrae a la juventud: rebeldía, pero con un toque de elegancia.
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