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Diez restaurantes donde comer muy bien a menos de 150 km de Madrid

El crítico de ABC selecciona algunas de sus direcciones favoritas para una escapada gastronómica cualquier fin de semana

Carlos Maribona

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1

Restaurante El Almacén, en Ávila

El Almacén

Más de veinte años llevan ya la cocinera Isidora Beotas y su marido, Julio Delgado, que dirige la sala, al frente del mejor restaurante de la capital abulense. Una referencia gastronómica en la que además de comer muy bien se disfrutan unas excelentes vistas de la muralla de la ciudad ya que está enclavado fuera del recinto, en la salida hacia Salamanca. Platos de cocina actual, sin excesos, que alternan con otros que responden a la tradición abulense como las judías de Navalonguilla guisadas o el chuletón de avileño. En todos los casos se imponen el sabor y la calidad de los productos que se emplean. Buenos postres. Cuenta además con una completísima bodega. Y siempre, amabilidad a raudales.

El Almacén . Carretera de Salamanca, 6. Ávila.

2

Óscar Hernández, en Maracaibo

Maracaibo

Conocido también como Casa Silvano, ya que así se llamaba su fundador, Silvano Hernández, que hace cuarenta años abrió un restaurante de cocina muy tradicional, fundamentalmente asados. Su hijo, Óscar Hernández , al hacerse cargo del negocio mantuvo esos platos populares segovianos pero a muchos de ellos les dio un toque más actual. Así que ahora lo mismo se pueden comer allí unos buenos judiones de La Granja o un cochinillo al horno que una hamburguesa de lechazo, un carpaccio de secreto de ibérico o careta de cochinillo al vacío con salsa de zanahoria y trufa. Incluso tiene dos versiones de la sopa castellana, la tradicional y la moderna. Muy buena bodega. Y una atractiva barra para quien prefiera dedicarse al tapeo.

Maracaibo . Ezequiel González, 25. Segovia.

3

Un rincón de Locum ANA PÉREZ HERRERA

Locum

En el centro de Toledo, dos agradables comedores en torno al patio tradicional de una casona del siglo XVII, a un paso de la espectacular catedral toledana. Víctor Sánchez-Beato , propietario y cocinero, ofrece una cocina sensata, con buena técnica, que respeta y da protagonismo al producto y se muestra muy vinculada al recetario tradicional de su tierra. Su peculiar versión del cocido, con los garbanzos hechos sopa, es uno de sus mejores platos. Trabaja muy bien la caza, con platos como el lomo de venado escabechado con guarnición de berenjena de Almagro , o la liebre con chocolate, regaliz y tallarines de nabo. Entre los postres destaca su pastel de mazapán caliente con helado de maracuyá. Cuenta además con una cuidada carta de vinos, en la que los manchegos ocupan un lugar destacado pero sin renunciar al resto de denominaciones españolas.

Locum . Locum, 6. Toledo. 925 22 32 35.

4

El Carmen de Montesión

El Carmen de Montesión

Sigue su progresión el joven Iván Cerdeño en este restaurante situado en las afueras de Toledo al que ha situado como la mejor opción gastronómica de la capital toledana y una de las más destacadas de toda la provincia. Pendiente de un posible traslado al casco histórico de la ciudad, de momento hay que desplazarse hasta la lujosa urbanización en la que se encuentra ubicado. Ocupa allí un amplísimo local, con aires de mesón castellano un tanto pasados de moda aunque el comedor es luminoso y las mesas bien espaciadas. Cerdeño, que ostenta una merecida estrella Michelin, es un cocinero de sólida formación, dotado de gran técnica y que ha sabido encajar con inteligencia el recetario popular castellano-manchego en sus menús (no hay carta). Sus elaboraciones son refinadas y equilibradas, llenas de sentido común y con un enraizamiento evidente con esa cocina de la región. Escabeches, sopas de ajo, atascaburras, mojete, gachas, ensalada de perdiz roja, morteruelo... El recetario popular actualizado y llevado con acierto a la alta cocina.

El Carmen de Montesión . Urbanización Montesión. Toledo.

5

Cocina del restaurante Tierra

Tierra

No es fácil mantener un hotel de lujo y un restaurante gastronómico de alto nivel en medio del campo, a pocos kilómetros de Oropesa y a 150 de Madrid. Pero los propietarios de Valdepalacios lo han logrado, y de manera brillante. Pocos hoteles con el encanto de este, situado en el término municipal de Torrico (Toledo) , en una finca de 600 hectáreas poblada de encinares en la que abundan los gamos y los ciervos. Desde su apertura hace ya nueve años apostaron también de manera decidida por la gastronomía. Un restaurante gourmand que cuanta con una estrella Michelin que tiene como cocinero a José Carlos Fuentes , formado profesionalmente junto a Carme Ruscalleda, con la que colaboró en la apertura del restaurante Sant Pau en Tokio. Platos de corte clásico pero con muchos guiños actuales, en los que Fuentes muestra su sólida técnica y en los que el producto principal siempre es el protagonista. Setas y caza son sus especialidades, pero no hay que perderse arroces como el de setas y queso manchego.

Tierra . Hotel Valdepalacios. Torrico (Toledo).

6

Restaurante Palio

Palio

Jesús Ángel Gómez-Monedero se formó como cocinero en diversos restaurantes, pero principalmente en El Bohío, de Illescas. Y eso se refleja en su cocina, abierta a todas las influencias pero claramente centrada en la tradición castellano-manchega, y muy especialmente en los platos de caza. Todo razonablemente puesto al día: migas manchegas con puntas de calamar; asadillo en ensalada con patatas y huevos; pisto manchego con huevos pochados; arroz con conejo y alcachofas... Uno de sus principales atractivos son los panes caseros, un aspecto que no se cuida habitualmente y que aquí son de gran calidad, elaborados artesanalmente con harinas biológicas molidas en piedra. La sala la dirige con eficacia Isaac, hermano de Jesús Ángel. Comedor acogedor y precios muy razonables.

Palio . Mayor, 12. Ocaña (Toledo).

7

Sala del restaurante El Doncel

El Doncel

Los hermanos Pérez, Enrique en la cocina y Eduardo en la sala, han logrado poner el caduco restaurante familiar a la altura de una ciudad monumental como Sigüenza y que es uno de los más atractivos de Castilla-La Mancha. Un comedor moderno y acogedor. Y en la carta, pocos platos fijos y muchas recomendaciones en función del mercado. Trabajan mucho el producto de la zona e incluso tienen proveedores directos de trufas, de corzos o de huevos de corral. Productos que el cocinero trata con respeto y buena técnica, obteniendo interesantes resultados. Entre sus mejores elaboraciones, el carpaccio de corzo con sorbete de tomillo, la peculiar versión del popular torrezno, o los raviolis con setas de cardo. Bodega muy completa, especialmente en vinos castellano-manchegos.

El Doncel . Paseo de la Alameda, 1. Sigüenza (Guadalajara).

8

El Mesón de Doña Filo

El Mesón de Doña Filo

Julio Reoyo es uno de los mejores especialistas madrileños en la cocina de la casquería (imprescindibles las jornadas que organiza cada año) y de los guisos. En este restaurante que abrió hace ya quince años junto a Inma, su mujer, que atiende la sala, demuestra su gran técnica, el dominio del producto y su interés por potenciar al máximo los sabores de los platos. Abre sólo los fines de semana y no tiene carta. Únicamente dos menús degustación que permiten probar sus elaboraciones, siempre ceñidas a la temporada y con un moderado punto de creatividad. Cuando más luce es con la cocina otoñal e invernal, la de la caza y los platos de cuchara, aunque se come estupendamente en cualquier época del año. Imprescindibles los callos que prepara.

San Juan, 3. Colmenar de Arroyo (Madrid). 91 865 14 71.

9

Siboney

Arévalo es un pueblo que ha levantado un monumento al cochinillo. Esta localidad abulense está considerada la capital del tostón , por ello la oferta de asadores es abrumadora. No hay seguramente un lugar en España con tantos establecimientos dedicados a los asados por habitante. Uno de los más destacados es el asador Siboney, dónde sólo se utilizan cochinillos de Arévalo , asados a la manera tradicional en un horno a la vista. Jugosos, tan tiernos que se deshacen, sin un ápice de grasa y con la piel bien crujiente. Se sirven en un comedor de abigarrada decoración, todo un museo de valiosas antigüedades. Como buen asador castellano cobran también protagonismo los lechazos. Siempre acompañados por una buena ensalada. El resto de la carta es igual de sencillo. Cocina castellana y buen producto. Salteado de mollejas y setas, reconfortante sopa castellana, riñoncitos de lechal, revuelto de morcilla… Y de postre, un sobresaliente ponche segoviano.

Figones, 4. Arévalo (Ávila). 920 30 15 23.

10

Rincón del restaurante Charolés

Charolés

Lleva cuarenta años como referencia gastronómica en la Sierra de Madrid. Manuel Mínguez abrió Charolés en 1977 y desde entonces es el restaurante imprescindible para quienes buscan buena cocina tradicional en San Lorenzo del Escorial. En pleno centro del pueblo, a un paso del Monasterio, sus comedores interiores, sin luz natural, se mantienen inmutables, lo mismo que el servicio de sala y todos los detalles. No pasa el tiempo por esta casa en la que desde sus inicios se sirven estupendas carnes de la zona y tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes) un cocido que es uno de los mejores de toda la Comunidad madrileña, incluida la capital. Y eso que los precios no son especialmente baratos si tenemos en cuenta la situación del restaurante. La de Charolés es una cocina absolutamente tradicional, que se refleja en una carta bien equilibrada, con platos sabrosos y contundentes de esos que gustan a todo el mundo, y que se completa a diario con recomendaciones en función del mercado.

Charolés . Floridablanca, 24. San Lorenzo del Escorial (Madrid).

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