Las fotos de Hollande y Julie Gayet dejan al descubierto los problemas de seguridad en el Elíseo

Christian Prouteau, prefecto y comandante de la Gendarmería, creador del Grupo de seguridad de la presidencia de la República (GSPR), que él mismo dirigió, entre 1983 y 1995, comenta las fotos de la pareja Hollande de este modo: “Si las fotos no han sido tomadas con el consentimiento táctico del presidente, parece sorprendente que un fotógrafo haya podido instalarse en un punto de mira tan llamativo sin despertar sospechas. No puede excluirse que las fotos hayan sido tomadas por un pequeño drone espía. Esos aparatos pueden escapar a los radares y son perfectamente indetectables. El problema es que esa máquinas pueden transformarse en máquinas muy útiles para perpetrar asesinatos”.

Otro especialista de renombre, René-Georges Querry, agrega: “Si las fotos se tomaron con la complicidad directa o indirecta del presidente Hollande, no hay problema. Dicho eso, queda al descubierto un problema de fondo. La misma persona que “tiró” con su cámara se encontraba en un lugar desde el que también un asesino, equipado con un fusil con mira telescópica, podría liquidar a Hollande con mucha facilidad”. ¿Quién y cómo tomó las fotos publicadas por Voici, desvelando el secreto a voces de las reuniones sentimentales de Hollande, en el Elíseo?

Marion Alombert, directora de Voici, responsable directa de la publicación de las fotos, comenta: “Las fotos no se tomaron desde el interior del Elíseo. El fotógrafo tampoco utilizó un drone”. Hollande ha hecho saber que no perseguirá judicialmente al semanario por atentado contra su vida privada. La presidencia de la República desea enterrar el escándalo “con rapidez”. Le Figaro titula a toda página: “Las fotos robadas plantean problemas de fondo sobre la seguridad de Hollande”.

Los optimistas piensan que Hollande habría “colaborado” en la toma de unas fotos que vendrían a “oficializar” indirectamente su relación sentimental con Julie Gayet . En esa hipótesis, plausible, el jefe del Estado estaría utilizando las técnicas del periodismo rosa bombón y los servicios tarifados de un fotógrafo más o menos especializado, confirmando la conversión del Elíseo, residencia oficial del presidente de la República, en escena de vodevil sexy con muchos flecos políticos y policiales.

Los pesimistas temen que la vida sentimental de Hollande esté dejando al descubierto graves de problema de seguridad. La residencia oficial del jefe del Estado pudiera parecer vulnerable. Y los devaneos amorosos del presidente de la República pudieran ponerlo a tiro de un drone o un sniper.