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Análisis

Iglesias cava fosas para los traidores

Podemos ya es un partido de los de toda la vida, en los que la democracia interna, la opinión, el libre pensamiento del militante y la libertad de expresión son un mero escaparate

Sergio Pascual, Carolina Bescansa, Pablo Iglesias, Iñigo Errejón en una imagen de archivo Isabel B Permuy
Manuel Marín

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Desde que Pablo Iglesias trató de frenar en seco cualquier veleidad de rebeldía entre sus acérrimos enemigos de partido con aquel drástico «ni media tontería» dirigido a Íñigo Errejón , Podemos ha implosionado. Resulta ingenuo y difícil creer en un mero error involuntario ... o en un simple descuido en un chat telefónico, como ha alegado Carolina Bescansa tras ser sorprendida en una conspiración típica de cada extrema izquierda del planeta. Podemos está horadado por el odio interno, la ambición de poder, la depuración del disidente y algún tipo de gestapo postmoderna y delatora que informa a Pablo Iglesias de cualquier movimiento traidor antes incluso de que se produzca. Por si acaso. Los besos a la siciliana son lo que fueron siempre, procesos de laminación soviética, condenas inapelables y fosas en el desierto.

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