Bildu acribillará a peajes la red de carreteras de Guipúzcoa

El modelo («Arkupe») se basa en la implantación de arcos que leerán la matrícula, sin necesidad de detener el vehículo, e identificarán al conductor mediante el dispositivo de telepeaje «Viat» o un sistema automático de registro de las placas. Para los conductores que quieran acogerse a las «ofertas» de Bildu se les obligará a darse de alta en el primero. Los coches que vayan de paso también estarán forzados a inscribir su matrícula, asociada a una tarjeta de crédito, en internet, o bien deberán dirigirse a los dispensadores automáticos dispuestos en los puntos de cobro, donde también habrán de registrar su matrícula y tarjeta bancaria.

Pero aún hay más. Aquellos conductores que circulen por las autopistas AP-1 (Burgos) o AP-8 (Bilbao) y paguen con la «visa» quedarán inmediatamente registrados con la matrícula por si utilizaran alguna de las carreteras que a partir de 2014 serán de pago.

El plan de Bildu ha despertado los recelos de las otras provincias vascas y de la Comunidad foral de Navarra. También ha sido objeto de duras críticas por parte del Ejecutivo de Iñigo Urkullu que, en boca de su portavoz, Josu Erkoreka, acusó a Bildu de estar «ahogando a la ciudadanía» con su «afán recaudador». La Diputación que preside Martin Garitano estima en unos 38 millones de euros los ingresos que recaudarán con esta medida y la ha justificado en la necesidad de «vertebrar Euskal Herria».

La coalición radical necesita del apoyo de alguno de los grupos de la oposición –PNV, PSE o PP-, para sacar adelante su propuesta. La juntera del PNV Aintzane Oiarbide denunció ayer que el modelo de Bildu de cobro de peajes a través de los arcos es «complicado en la gestión, abre la puerta al fraude por no existir ningún tipo de control en su cumplimiento y presenta importantes incertidumbres legales». Entre ellas, la del presunto trato de favor, en función de si el conductor es guipuzcoano, del resto del País Vasco y de Navarra o «foráneo».