Matas pagó 115.000 euros a una empresa de Urdangarín antes de empezar su trabajo
Se hizo un informe jurídico falso para justificar su contratación sobre un expediente inexistente
PABLO MUÑOZ
El Gobierno balear presidido por Jaume Matas decidió en 2003 beneficiar a la empresa de Diego Torres e Iñaki Urdangarín como parte del acuerdo de patrocinio del equipo ciclista Illes Balears-Banesto, que costó a las arcas públicas 18 millones de ... euros en tres años. Para ello, llegó a pagar más de 115.000 euros a la sociedad del Duque de Palma antes incluso de que comenzara su trabajo y encargó un informe jurídico falso para justificar la legalidad de esa contratación basado en un expediente que ni siquiera existió.
Los investigadores del «caso Nóos» han detectado estas irregularidades en la adjudicación por parte del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) a la mercantil controlada por el Duque de Palma y su socio, del «merchandaising» del equipo ciclista y la puesta en marcha de una web del grupo deportivo. A finales de verano de 2003 se produjo una reunión entre el director de Deportes de la comunidad, José Luis («Pepote») Ballester , la jefa de Gabinete de Matas y el director gerente de Ibatur, Juan Carlos Alia . En ese encuentro los dos primeros ordenaron a su interlocutor que el ente público que dirigía tenía que colaborar económicamente para que se cumplieran los acuerdos sobre el Illes Balears-Banesto.
En concreto, Ibatur tenía que contratar a Nóos Consultoría Estratégica para que se encargase del material promocional del equipo ciclista y de la creación de su página web. En la cita también se le explicó que Diego Torres le haría llegar por fax los presupuestos, que debía aceptar . En efeco, Alia y el socio de Urdangarín mantuvieron varias conversaciones, hasta que el 7 de enero de 2004 éste le remitió los documentos. Uno de ellos, el referente al «merchandaising», estaba fechado en diciembre y había sido realizado por la sociedad Unikos S.L. Ascendía , en números redondos, a 100.000 euros. El segundo, confeccionado por Nóos y referido a la web, era de algo más 16.000.
Al tratarse de contratos por la prestación de servicios firmados por un organismo público, legalmente era obligatorio haber convocado antes un concurso público para garantizar la igualdad de oportunidades entre las posibles empresas interesadas y que el precio se ajustara al mercado. El máximo responsable de Ibatur, que seguía órdenes precisas, no hizo nada de esto. Pero no quedó ahí la cosa: en febrero de 2004, sin haber comenzado ni siquiera su trabajo, Nóos Consultoría Estratégica facturó al Instituto Balear de Turismo más de 115.000 euros en dos recibos por valor de las cantidades antes citadas.
Exclusividad
Según todos los indicios, Alia era plenamente consciente de que se estaban produciendo irregularidades y por ello pidió al jefe de la Asesoría Jurídica de Ibatur, Miguel Ángel Bonet , un informe «ad hoc» en el que se argumentase la legalidad de la contratación de la empresa de Urdangarín. Además, debía redactar una resolución favorable a esa decisión que luego firmaría el director gerente.
Bonet sabía que no existía expediente alguno de esa contratación, a pesar de lo cual redactó un informe, en el que no consta fecha alguna, y en el que afirma que una vez examinados esos documentos se concluye que se ajusta a la legalidad y, por tanto, no hay problema en firmar esa adjudicación. Es decir, Bonet ve ajustado a derecho un expediente que no existe.
El 16 de febrero, Alia firma la resolución que aprobaba el contrato con Nóos Consultoría Estratégica. En ese documento hay una particularidad añadida, pues se adjudica a la empresa de Torres y del Duque de Palma la exclusividad de la elaboración del material promocional y por tanto es ella quien establece de forma unilateral el precio y las condiciones de fabricación. Si no son aceptadas, el espacio publicitario puede ser adjudicado a otra empresa o destino turístico interesado. Se trata de otra irregularidad, pues Nóos, según los certificados del propio Ibatur y los testimonios de sus responsables no tiene esa exclusividad, algo que además sería absurdo ya que se trataba de una operación que costaba a Baleares 18 millones de euros . No era de recibo que la sociedad de Urdangarín pudiera imponer unas condiciones para elaborar el material deportivo que, si no eran aceptadas, le abrieran la puerta a que pudiera contratar el espacio publicitario a otras empresas.
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