Trajes de flamenco, un mantón y aceite de oliva para la Duquesa
El Príncipe de Gales y su esposa terminaron su visita oficial en Sevilla y pasan el fin de semana en una finca de Granada
No todas las visitas oficiales son iguales. En la mayoría de los casos, el programa es tan apretado que apenas queda tiempo para disfrutar de los encantos del país que se visita. Pero el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles han sabido compaginar su apretado programa oficial con momentos relajados en los que se han mostrado cercanos y en cierta forma se han mezclado con los españoles.
Si en Madrid aprovecharon para pasear por la Plaza Mayor, en Sevilla pudieron visitar la catedral y los Reales Alcázares y contemplar la Giralda. Incluso, la Duquesa asistió ayer a un espectáculo de flamenco, del que salió «contentísima» porque «nunca lo había visto tan de cerca». Como muchas turistas, compró trajes de flamenco para sus nietas. Ella también recibió de regalo un mantón de Manila y un abanico, y Don Carlos, dos botellas de aceite de oliva virgen extra.
Protegida con una sombrilla del sol abrasador y congestionada por las altas temperaturas (ayer superaron los 30º en Sevilla), la Duquesa de Cornualles terminó su primera visita oficial a España. Un viaje en el que casi todo el protagonismo lo ha acaparado su marido, cuya personalidad y sentido del humor ha sorprendido a quienes han tenido la oportunidad de escucharle. Como es habitual en ella, Doña Camila ha ocupado un discreto lugar. Ni siquiera su forma de vestir llama la atención, pues refleja el gusto medio de las mujeres inglesas de su clase. Camila pertenece a la «gentry», la alta sociedad británica tradicional y propietaria de fincas, y la proximidad de su familia a la Corona se remonta a muchas generaciones.
En España algunos medios siguen llamándola Camilla Parker-Bowles, que es el apellido de su primer esposo. Aunque en el Reino Unido las mujeres conservan el apellido del ex marido, incluso después de divorciarse, Camila dejó de ser Parker-Bowles hace seis años cuando contrajo matrimonio con el Príncipe. Fue en aquel momento cuando ella renunció a utilizar el título de Princesa de Gales, como señal de respeto a la fallecida Lady Diana, y prefirió el de Duquesa de Cornualles.
Primavera en el campo
Doña Camila no tiene nada que ver con la Princesa de Gales. Si a Lady Diana la recordamos con unas uñas impecablemente cuidadas, las manos de la Duquesa de Cornualles delatan, a veces, su afición a la jardinería y el campo. Ayer, en cuanto terminó la visita oficial, el matrimonio se fue al campo a disfrutar en privado de la primavera. Viajaron en avión a Granada y, desde allí, al «Molino del Rey», la finca que Fernando VII regaló al duque de Wellington para agradecerle su apoyo en la Guerra de la Independencia. Su anfitrión es el marqués de Douro, hijo del actual duque de Wellington, con quien estuvieron cenando el miércoles en el Palacio Real. El Príncipe de Gales y su esposa ya han estado en muchas ocasiones en esta finca, pero nunca su presencia había sido tan conocida.
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