La escalada de tensión con Gaza reaviva el temor a otra guerra
Israel lanzó anoche tres ataques aéreos contra objetivos de la Franja, sin causar víctimas
Las revueltas por la libertad recorren el mundo árabe, pero no acaban de prender entre los palestinos. Entre su Gobierno en Cisjordania e Israel se han dado por muertas de facto las agónicas negociaciones de paz. Las milicias de Gaza y las fuerzas judías se han sumergido en los últimos días en una espiral de tensión, que empieza a recordar al escenario que en 2009 desembocó en la operación militar israelí «Plomo Fundido», que dejó en la franja 1.400 palestinos muertos. Y ahora, un atentado, que parece inspirado en los que hasta 2004 se repitieron tras la declaración de la Segunda Intifada, ha hecho temblar Jerusalén.
Ayer, ninguna fuente oficial confirmaba la autoría palestina de este ataque, que en la calle daban por hecho. Desde antes de este último siniestro, los analistas han advertido del riesgo de que la reciente escalada entre Israel y la Franja acabe transformándose en un conflicto más amplio, que probablemente las partes no podrán parar a tiempo.
Anoche, la aviación israelí lanzó tres ataques aéreos que, según testigos citados por France Press, no causaron víctimas. Los objetivos fueron túneles entre Gaza y Egipto, un transformadoro y un campo de entrenamiento de Hamás. El punto álgido, por el momento, se alcanzaba este martes, cuando la artillería israelí acababa en Gaza con la vida de ocho palestinos en respuesta al sucesivo disparo en las últimas fechas de cohetes y morteros a suelo judío, que alcanzaron la cifra de 50 el sábado anterior. Cuatro de las víctimas eran milicianos y tres civiles, dos de ellos menores que jugaban al fútbol cuando recibieron los impactos.
Israel ha defendido que su objetivo «claramente identificado» fue un punto de lanzamiento de proyectiles, pero añadía que Hamás acostumbra a situarlos en zonas residenciales para utilizar a su población como escudos. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, expresó su pesar por la «muerte de inocentes». Una semana atrás, la aviación israelí había matado a dos miembros del movimiento islamista en Netzarim.
«Zona de exclusión aérea»
La noche del martes al miércoles, un misil Grad lanzado desde Gaza alcanzaba por primera vez desde la ofensiva «Plomo Fundido» la ciudad israelí de Ashdod, y la contestación no se hacía esperar en forma de nuevos bombardeos, especialmente en el norte de la Franja, donde se concentran las posiciones de las Brigadas de Azzedin al Qassam, brazo armado de Hamás. Su líder y depuesto primer ministro ha llegado a pedir a la ONU que proteja el territorio palestino con una zona de exclusión aérea como se ha hecho con Libia.
«Cuanto más tiempo pase y más víctimas se cuenten, más difícil será detener esta escalada», lamentaba el experto militar del diario «Haaretz» de Tel Aviv, Amos Harel, en una columna de titulo disuasorio: «Hay una pequeña guerra empezando junto a la frontera de Gaza».
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