REGENERACIÓN
Ideas para el renacimiento de España
Ante la ola de corrupción, el desprestigio de la política y la crisis económica y educativa hemos pedido a una serie de prestigiosos intelectuales un diagnóstico y que nos digan qué hacer
ALFONSO ARMADA
Eugenio Trías (filósofo)
1. ¿Cuáles cree que son los principales males que aquejan hoy a España?
1. Siempre hay un mal que prevalece en España: la falta de convicción de la sociedad para afrontar el problema educativo. Pues éste es el problema prioritario: de él derivan todos los ... demás. Pero ni la sociedad en su conjunto, ni sus representantes, son capaces de percibir que éste sea el origen y la fuente de nuestros males. La economía puede mejorar, la situación social puede regenerarse, pero el problema número uno, que nos condena a una triste mediocridad en todos los terrenos, es la educación. Todas las estadísticas apuntan en esta dirección, pero estamos ciegos e indiferentes ante eso.
2. ¿Cree que tiene algún sentido retomar el discurso regeneracionista?
2.Creo que hay formulaciones que están anticuadas y obsoletas. Lo que es urgente, en cambio, es una toma de conciencia de las responsabilidades que políticos y ciudadanos asumen ante los grandes retos de nuestro tiempo. Y el principal de todos es encabezar una sociedad del conocimiento que deje de lado los eternos litigios que son tan frecuentes en nuestra sociedad. En el avance tecnológico, en la ciencia, en las humanidades: allí está nuestro futuro. Importa insistir en lo que nos une y no en lo que nos divide. Importa ilusionar en objetivos culturales y educativos, en lugar de perdernos en malos laberintos de política de vuelo rasante.
3. Apuntar hacia una España unida que juegue un papel decisivo en Europa y en el mundo. Olvidarnos de nuestros particularismos mezquinos y de las lacras que aun subsisten de nuestra mentalidad anclada en hábitos de contienda civil.
Manuel Lucena Giraldo (historiador)
1. ¿Cuáles cree que son los principales males que aquejan hoy a España?
En lo político, el vaciamiento del proyecto de ilusión que se puso en marcha con la Transición política y la Constitución de 1978. En el vacío creado se han colado corruptos y populistas generando enorme anomia social. En lo económico, el paro que genera enorme marginalidad e injusticia y crea una bolsa de inconformidad que puede ser imposible de manejar en el inmediato futuro.
2. ¿Cree que tiene algún sentido retomar el discurso regeneracionista?
2. Sí, pero ahora en vez de despensa y escuela debería decir «sentido común y principio de realidad»: dejar atrás de una vez los relatos de anormalidad y excepcionalismo, decir la verdad y ponernos a trabajar de verdad sin culturas del pelotazo, culto al listillo y al trepa y promoción del resentimiento guerracivilista.
3. Proteger a las grandes mayorías que pagan sus impuestos y respetan la ley; legislar contra la telebasura y liquidarla; proteger el medio ambiente y plantar árboles en nuestras ciudades y campos; proteger a profesores y educadores de desmanes y agresiones; impulsar la innovación científica y tecnológica; llamar la atención sobre lo mucho que une a los españoles en vez de fomentar y publicitar solo lo que los separa.
José Antonio Marina (ensayista)
1. ¿Cuáles cree que son los principales males que aquejan hoy a España?
1. La pasividad, la superficialidad, la incapacidad de admirar, y la falta de sentido crítico.
2. ¿Cree que tiene algún sentido retomar el discurso regeneracionista?
2. El discurso regeneracionista del XIX, no, porque tiene connotaciones tradicionalistas y nacionalistas con las que no estoy de acuerdo. En cambio, me parece necesario otro tipo de «discurso regeneracionista», que consiste en recuperar la genealogía del mundo en que vivimos. Nos hemos acostumbrado a demasiadas cosas, olvidando sus orígenes. Por ejemplo, la democracia. La democracia no es una sopa boba para todos, sino un modo de vida noble y exigente. La democracia no es el reino de la vulgaridad, sino una pretensión de excelencia universal. La superficialidad desconoce todo esto.
3. ¿Qué hacer?
3. Mantener una actitud activa, responsable, crítica, y levantar la veda de los gorrones, los timadores, los caraduras, y los cantamañanas. Y reconocer, admirar y premiar el mérito, la excelencia, la bondad, el cumplimiento del deber, la fidelidad a la palabra dada, el compromiso. En una palabra: aplaudir a los inteligentes y despreciar a los listillos.
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