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Una «pole» misteriosa en el circuito talismán

Alonso, junto a Vettel y Webber

«Cómo has quedado», preguntó Fernando Alonso a Sebastian Vettel. «Pues no tengo ni idea, ¿tú?», inquirió el alemán. «Tampoco lo sé, voy a preguntar a Webber». «Mark, ¿qué has hecho?». Silencio por respuesta del australiano con los hombros encogidos ante la ignorancia, idéntica expresión que la de Jenson Button. Carantoña a Lewis Hamilton, saludo cordial, y el británico igual de confuso que el resto de la parrilla. Nadie sabía nada porque el sistema de cronometraje de la majestuosa y precisa Fórmula 1 falló incomprensiblemente en el último instante de la calificación, un descuido impropio que obligó a mediar de inmediato a Bernie Ecclestone. «¿Y quién sabe aquí las posiciones?», reclamó algo ya molesto con el tema Fernando Alonso.

Pasaban por la báscula los pilotos y todos se postulaban para acudir a la rueda de prensa oficial, que tiene como invitados los sábados a los tres primeros de la sesión. Risas flojas y comentarios de incredulidad hasta que un comisario de la FIA señaló a dedo a Alonso. «Para ti la "pole position", Fernando». Vettel fue segundo y Webber, que estaba atendiendo a las televisiones ajeno al debate que se producía entre sus colegas, fue asaltado literalmente ya que concluyó con el tercer mejor tiempo del día. Los Red Bull están al acecho del renovado R29.

Dos años después

Hacía muchísimo que Fernando no se veía en una de éstas, concretamente desde Monza en 2007, cuando manejaba el McLaren de la discordia. Dos años de sábados casi siempre navegando entre la medianía para volver a lo grande y merodear por la elite de la Fórmula 1, exenta últimamente de héroes populares. Algo se vaticinaba después de la mejoría del Renault en Alemania y se confirma que Hungría es plaza talismán para el asturiano. Aquí se coronó el 24 de agosto de 2003 con su primera victoria y en el mismo asfalto amenaza con invertir la tendencia monótona que impera en el Mundial de los secundarios.

Fernando Alonso pasó de estar casi fuera en la Q1 a concluir en lo más alto después de una jornada marcada por el brutal accidente de Felipe Massa, que obligó a retrasar todo el programa. Dejó Alonso todo el trabajo para los últimos giros y se vio condicionado por una bandera amarilla cuando restaban apenas noventa segundos. El motivo, un problema mecánico en el coche de Jaime Alguersuari que dejó tirado al catalán sin opciones de mejora después de reducir considerablemente por la mañana sus tiempos del viernes. Hoy, en su primera carrera entre los mejores, saldrá último con el mero objetivo de terminar, equivalente a un triunfo.

Luego, ya en la Q2 y en la Q3, Alonso rodó sin problemas, confiado en la estabilidad que le trasladaba el R29. Sabe que la victoria es casi imposible, pero «un cajón del podio sería fantástico».

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