La familia Franco deberá abrir el Pazo de Meirás al público cuatro días al mes

Además de estar obligada a consultar con técnicos de Patrimonio cualquier restauración del edificio, la familia Franco deberá abrir a partir de ahora la antigua residencia de verano del general durante cuatro días al mes, de forma gratuita.

Tras desestimar el pasado día 17 todas las alegaciones de la familia Franco, la Xunta anunciaba ayer la decisión de otorgar el «máximo grado de protección» al edificio decimonónico, de estilo neomedieval y propiedad en el pasado de la escritora Emilia Pardo Bazán.

La «singularidad», la «significación cultural y simbólica que adquirió con el paso del tiempo», su «coherencia conceptual» y su «calidad formal» son algunos de los motivos expuestos por el gobierno de Emilio Pérez Touriño para justificar una decisión que cierra varios años de polémica y morbo.

El propio Touriño hizo referencia ayer a la decisión en su rueda de prensa semanal tras el Consello de la Xunta, en la que destacó que el inmueble tendrá «el mayor grado de protección previsto en la ley».

Un proceso tortuoso

Todo comenzó en agosto de 2007, cuando el Ayuntamiento de Sada, gobernado por una colación liderada por los nacionalistas, inició los trámites para la declaración de las conocidas como Torres de Meirás. Las instancia llegó entonces a la consellería de Cultura, que requirió sin éxito a la familia Franco la fijación de una fecha para que los técnicos pudiesen acceder al edificio con el objeto de realizar una valoración pormenorizada del inmueble.

No fue hasta marzo cuando el Tribunal Superior de Justicia de Galicia autorizó esa visita, a la que precedió un expediente sancionador de la Xunta que amenazaba con castigar con 60.000 euros a Carmen Polo, la propietaria.

Especialistas de la Universidad de Santiago, el Consejo de la Cultura Gallega y la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora del Rosario emitieron en abril el expediente que finalizó con la apertura, durante el verano, del proceso administrativo para la incorporación del Pazo de Meirás al catálogo de bienes protegidos, una vieja reivindicación de la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica, que organizó allí en agosto una «boda alternativa» a la celebrada por la nieta menor de Franco, que alcanzó un alto grado de cobertura mediática debido al proceso abierto por la Xunta.

Cien alegaciones desestimadas

Hace tan sólo unas semanas, la Xunta desestimaba como «no procedentes» las 105 alegaciones presentadas por los vecinos y la familia Franco. Ésta llegó a plantear, entre otras cuestiones, que la relevancia histórica del edificio no era mayor que otros semejantes sin la declaración oficial de Bien de Interés Cultural.

Por su parte, el alcalde de Sada, el nacionalista Abel López Soto, calificaba ayer en declaraciones a Europa Press como un «paso muy importante» la aprobación del decreto para declarar el conjunto Bien de Interés Cultural, si bien admitió la noticia como una «victoria parcial». Su demanda es la devolución del edificio. López Soto vinculó la decisión a la presencia del BNG en el bipartito.

Por su parte, el presidente de la Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica de A Coruña, Manuel Monge, aseguró que su colectivo tiene previsto organizar visitas guiadas para el público en los días en el que el edificio permanezca abierto y entregar folletos informativos «para denunciar cómo consiguió Franco el Pazo y las presiones que hubo».