Daniel Luque: «El dinero ahora importa poco; si sigo así, vendrá solo»
-Se ha convertido en el torero revelación de la temporada. ¿Cómo la está viviendo?
-Con gran alegría. Lo bonito es que los profesionales me lo reconozcan y los compañeros me miren de otra manera.
-¿Son muy distintas las miradas?
-Muchísimo. No es lo mismo entrar en el callejón con dos orejas que sin nada. Da más respeto. Ya dicen: «Cuidado con éste, que puede ser figura del toreo». Y mi meta es medirme de tú a tú con todos los grandes.
-En su confirmación en Las Ventas obtuvo buena nota, pero fue en Illumbe donde se destapó como una esperanza hecha realidad.
-Lo de Madrid podía haber sido otra historia... Pero es que José Tomás estuvo inmenso. Lo de San Sebastián fue un lanzamiento bueno. Es la tarde que más me ha dado, y estoy muy agradecido a Chopera por ofrecerme la sustitución. No podía fallar y los profesionales cantaron muy bien mi faena. Tengo guardada la crónica de Zabala de la Serna; me dio mucha moral.
-Éxitos de Norte a Sur: en Málaga ha conquistado el XIII trofeo Vicente Zabala al mejor toreo de capa.
-Ese día disfruté mucho y he conseguido ese galardón, todo un lujo.
-Sorprende que interprete así la verónica con su juventud (19 años). ¿En qué fuentes ha bebido?
-Yo empecé viendo en el campo a Marismeño, magnífico con el capote. Luego me he ido perfeccionando y cogiendo cositas de otros a los que admiro.
-¿Cómo se conjuga ese aplomo de zapatillas con la flexibilidad de cintura y muñecas?
-Torear bien con el capote es muy difícil. Son muchas horas de entrenamiento; también, sentimiento. Con eso hay que nacer. -Su toreo de muleta ha convencido con argumentos: temple, muleta adelantada, largura...
-Así lo siento y así trato de hacerlo. Me gusta lo clásico y quiero meter goles cada tarde.
-Francia le ha abierto sus puertas. ¿Hasta qué punto le ha ayudado?
-Bayona y Mont de Marsan han sido muy importantes. Francia es un mercado cumbre, con una afición extraordinaria. Y cuando un torero está bien, repite. Allí he dado un paso adelante.
-Hace apenas año y medio que tomó la alternativa. ¿Nota demasiada exigencia para tan corto bagaje?
-Sí, pero eso es bueno, porque significa que me esperan y están pendientes de mí. Palpo ese runrún...
-¿Son más fáciles las negociaciones en los despachos después de estos triunfos?
-Ahora mismo el dinero importa poco. Si sigo así, vendrá solo.
-¿Qué le gustaría que dijesen de usted al final de temporada?
-Quiero que me sigan y, cuando me vean, digan: «Éste puede ser torero». Mi deseo es ganarme un puesto en todas las ferias de 2009.
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