receta australiana
Chuletón australiano... para el Walkabout
La gran isla aporta todo su saber culinario con una receta proteínica muy «aussie». Disfruta con todos los trucos para sacarle partido a la carne de cerdo
Mark Tylor
Para buena parte del mundo occidental, Australia es un gran desconocido del que no suele hablarse con demasiada propiedad . Más allá de los canguros o la Gran Roca Roja muchos tal vez no sepan contar algo más de mi gran país. Por ello, ... además de la receta que gustosamente les participo, permítanme ampliar un poco sus datos. Sepan en primer lugar que ocupamos la mayor parte emergida de una plataforma continental llamada Sahul, a la que pertenece igualmente Nueva Guinea.
Lo que llamamos Australia es un conjunto de más de 8.000 islas, la más conocida de las cuales es Tasmania, la tierra del famoso demonio que los dibujos de la Warner inmortalizaron. Si en general les contaba que de este país tan particular no se dispone de una gran información al estilo de lo que sucede en otras naciones occidentales, por desgracia no es una excepción la gastronomía australiana. Felizmente eso no quita para que dispongamos de auténticos platos de primera línea . Les invito a probar algo excelente, un chuletón de cerdo (no todo va a ser exótico canguro). Eso sí, con un toque 'aussie'. Un plato de lo más proteínico que muchos atacan como premio simbólico (y moderno) al ancestal Walkabout, el rito aborigen de apartamiento de la sociedad para pasar de la adolescencia al estado adulto .
Necesitaremos disponer de un par de solomillos de cerdo, además de dos cucharadas de miel, un trozo de jengibre fresco, una pizca de nuez moscada, una cucharadita de comino, otra de pimienta verde, una cucharada de salsa de soja, dos dientes de ajo, aceite de oliva, sal y pimienta.
No se asusten porque los pasos son muy simples. Comenzamos por pelar el jengibre y rallarlo y pelar los dientes de ajo y picarlos . Seguidamente mezclamos en una fuente amplia la salsa de soja, la miel, la pimienta verde, el jengibre, los ajos picados, las dos cucharadas de aceite de oliva, el comino y la nuez moscada.
Continuamos salpimentando la carne, que habremos de dejar marinar en la mezcla preparada durante una hora , dándoles la vuelta de vez en cuando. Al finalizar, trasladamos los solomillos y el jugo de la marinada a una cazuela en la que doraremos la carne por todos los lados. Tapamos el recipiente para que se cueza media hora a fuego lento, añadiendo un poco de agua si el jugo se carameliza demasiado pronto.
Una vez lo retiremos del fuego se ha de servir el solomillo cortado en rodajas y regado con su salsa . Si tienen a mano una Foster's fría, ya ni les cuento...
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