El ejército de duendes que luchó contra el comunismo y otros nueve hitos de Wroclaw

Los duendes

Breslavia o (en polaco) Wroclaw , una antigua urbe medieval de pasado alemán y perteneciente en la actualidad a Polonia, es la capital cultural europea de este año junto a San Sebastián. Una ciudad, que recibe el sobrenombre de la «Venecia polaca», pues se erigió sobre 12 islas en el entorno del río Oder y está comunicada con 130 puentes.

Se organizan juegos y tours para descubrir este pequeño ejército de duendes esparcidos por toda la ciudad. Hay trescientas figuras en cualquier rincón de la ciudad, ya sea el suelo, una mesa, una farola o un barco, desde la época comunista, cuando un grupo de disidentes quiso luchar contra el régimen totalitario intentando ridiculizar al sistema de esta manera ante su falta de buen humor. Cada año se incorporan treinta nuevos duendes. En la actualidad hay un museo simbólico en torno a estos enanitos en la casa de Hansel y Gretel.

Joyas del casco viejo

Lo más espectacular de Wroclaw es su Plaza del Mercado (la Rynek), la segunda más grande de Polonia tras la de Cracovia, con edificios muy antiguos que la rodean, como el Ayuntamiento, la cercana Iglesia de Santa Isabel, desde la que se divisa la mejor vista del casco viejo de la ciudad, la Iglesia de Santa María Magdalena, y sobre todo muchos restaurantes, bares, cafés, cervecerías… También es interesante el Aula Leopoldina en la Universidad, que es el lugar donde se inaugura el curso académico cada año y el «pequeño Vaticano», una antigua isla repleta de edificios religiosos que encabeza su catedral

El Foro de la Música

La apuesta estrella de la capitalidad cultural de este año. Un edificio atrevido con un diseño muy moderno. Impresiona su sala 1 con capacidad para 1.100 espectadores, a larga distancia de otras tres más pequeñas con una excelente acústica. Ha costado 100 millones de euros.

La mejor vista de Wroclaw

La panorámica más espectacular de la ciudad se obtiene desde una de las torres de la catedral de San Juan Bautista. El templo, de estilo gótico, es el orgullo de los habitantes de la ciudad a pesar de sus continuos cambios durante los siglos que reflejan la turbulenta historia de Wroclaw, marcada por los incendios y las guerras.

El Pabellón del Centenario

Este edificio está considerado uno de los monumentos más importantes de la arquitectura mundial del siglo XX. Lo diseñó el arquitecto alemán Max Berg en 1913 para conmemorar la exposición mundial en el centenario de la batalla de Leipzig . Esta obra fue en su tiempo la mayor construcción cubierta con una cúpula de hormigón armado en el mundo. En 2006 fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La librería española y el barrio judío

En Wroclaw hay una población estudiantil de 100.000 jóvenes, de los que unos 2.000 son españoles, fundamentalmente «erasmus». Y muchos de ellos coinciden en una librería española situada en la Plaza de la Sal , donde además de comprar libros en español o aprender nuestro idioma se puede probar el jamón ibérico y también una selección de nuestros vinos. Está abierta desde hace dos años y enseñan también el castellano. Muy cerca de esta librería se encuentra el antiguo barrio judío , plagado hoy de jóvenes que se divierten especialmente los jueves por la noche.

Hydropolis, el culto al agua

Se inauguró en diciembre de 2015 para entender de una manera divertida y didáctica la importancia del agua en el planeta. Los niños pueden entrar en el famoso batiscafo que descendió a las profundidades de las Marianas en 1960, asombrarse con el David de Miguel Angel en 3D con agua en su interior o descubrir la fauna marina más llamativa.

Panorama

Se trata de una pintura circular, de 15 metros de altura y 120 metros de largo, realizada en 1894 con motivo de la celebración del centenario de la Batalla de Raclawice, un episodio destacado de la revuelta que los polacos protagonizaron en 1794 contra los ocupantes rusos.

El Castillo de Ksiaz y el tren nazi cargado de oro y joyas

El castillo de Ksiaz , situado en una montaña abrupta con un complejo repleto de túneles subterráneos y pasadizos creados por ejército nazi, se ha convertido en la atracción estrella de la región. Se dice que los alemanes ocultaron un valioso tesoro de lingotes de oro en su retirada y hace unos meses los telediarios de todo el mundo volvieron a hablar de esta noticia y de la incesante búsqueda de este botín por dos cazatesoros, pero de momento nadie ha logrado recuperarlo. Las obras de este complejo comenzaron en 1943 y abarcaban 6 túneles subterráneos y un séptimo debajo del «Zamek». Fueron construidos por los prisioneros de varios campos de concentración cercanos. Se trata de pasillos inmensos de 5x5 metros y fueron ubicados a 50 metros de profundidad por lo que podía caber perfectamente un tren. Lo más increíble es que a día de hoy nadie sabe a ciencia cierta para qué estaban destinados estos enormes túneles. Su historia más famosa es la de este tren de más de cien metros cargado con oro, joyas y objetos de arte salió de la estación de Breslavia, Wroclaw, hacia Walbrzych. Pero nunca llegó a su destino y desapareció misteriosamente. Este lugar también había sido elegido por Hitler como su cuartel general en este territorio ocupado, aunque se sabe a ciencia cierta que nunca llegó a visitarlo. Recientemente han comenzado algunas excavaciones para intentar buscar ese tren. Los primeros sondeos han dado indicios de que existe algo. Hay ocho kilómetros de túneles descubiertos en todas las instalaciones, pero a nadie le extrañaría que existieran otros 20 más y sobre todo los que se dirigen a los montes Sowie (Buho) tienen más posibilidades de albergar este tesoro que, dicho sea de paso, ha sido buscado por los propios polacos con detectores desde que se supo de su existencia. Por otro lado, en mayo de 2016 se inauguraron 400 nuevos metros de túneles en la visita turística y en algunos de ellos se comprueba que un tren podía moverse por ellos.