El Teide se ofrece para ver el atardecer desde «el techo de España» y con una copa de champán

Esta experiencia nocturna se inicia contemplando al sol ponerse en uno de los miradores del Parque Nacional del Teide. La actividad comienza con la subida en el teleférico hasta la estación superior, situada a 3.555 metros de altura, donde los visitantes se dirigen por un sendero hacia la vertiente Oeste del volcán.

Allí les espera una copa de champán, para disfrutar de la puesta de Sol y del curioso fenómeno de la proyección de la sombra del volcán en la atmósfera. Con los últimos rayos de luz, bajan a la estación base donde degustan lo más característico de la gastronomía canaria en una cena cóctel.

Después de la cena, comienza otro espectáculo. Con la oscuridad el cielo del parque nacional se llena de estrellas y la cúpula celeste se muestra al visitante de una manera sorprendentemente nítida y clara, de hecho, el cielo de Tenerife es considerado uno de los más claros y transparentes del mundo junto con los Hawai y Atacama.

La guinda final a esta actividad viene de la mano de la Astronomía. Guías especializados interpretan el cielo de esa noche para los visitantes, que disfrutan observando las constelaciones y conociendo las diferentes historias mitológicas a las que están ligadas.

Después llega el turno a los telescopios de largo alcance , desde donde podrán observar con sus propios ojos la Luna, los planetas, o los cúmulos, entre otros fenómenos.