Air Berlin indemnizará con 2.635 euros al dueño del perro muerto en uno de sus vuelos
El bulldog falleció deshidratado al estar expuesto al sol durante una hora en julio de 2012 en el aeropuerto de Sevilla
abc viajar
La compañía Air Berlin indeminizará finalmente a Javier Ramos -dueño de Nano, un perro fallecido en un vuelo de la compañía alemana por deshidratación en julio de 2012- con 2.635 euros, la cantidad íntegra que reclamaba. El juicio tenía que haberse celebrado este martes ... en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Palma, pero finalmente se ha alcanzado un acuerdo amistoso, por el que Air Berlin abonará la cantidad citada.
El perro falleció deshidratado a raíz de un golpe de calor después de que los operarios del vuelo en el que debía viajar lo dejaran expuesto al sol durante una hora, en pleno mes de julio, en la plataforma de estacionamiento de los aviones. El demandante, personado a través de la empresa Reclamador.es, explicó que, al llegar a Palma procedente de Sevilla, la compañía aérea ocultó el cadáver de su mascota hasta que se fueron los demás pasajeros, y tras ello ofreció al dueño como compensación un bono de 100 euros para volar de nuevo con la aerolínea.
El propietario del perro detalló que, una hora antes del embarque, el operario que recogió al animal se negó a poner un cuenco de agua en el interior del trasportín pese a las altas temperaturas, puesto que, según el funcionario, la normativa lo prohibía. No obstante, el viajero solicitó que si veían al animal sofocado le diesen, al menos, agua. «Desde los ventanales de las puertas de embarque se veía otro avión hacia el que llevaban transportines con mascotas, que iban en los carros de las maletas con un techo de lona para que no les diera el sol y no tardaron más de diez minutos en embarcarlos», dijo Francisco Javier Ramos, el dueño de la mascota, en un comunicado recogido por Ep.
Una vez en Palma, el pasajero esperó el transportín en la cinta correspondiente sin que hiciese aparición. Fue después de 15 minutos de espera y sin explicaciones de lo ocurrido, cuando lo llevaron a otro lugar dentro del aeropuerto más apartado, donde, tras exigir repetidamente ver al perro, le respondieron que «era posible que éste necesitase atención veterinaria porque estaba tumbado dentro del transportín y no se movía» . Finalmente, le hicieron entrega del cadáver de Nano.
La empresa encargada de representar al dueño del perro ha precisado estos días que la responsabilidad de las compañías aéreas por daños en mascotas es la misma que supuestos de transporte de equipaje normal, es decir, 1.300 euros. En este caso, la empresa que defiende los derechos de los pasajeros de avión exigió una cantidad superior a la del límite legal ante la «extrema negligencia de la aerolínea y el daño moral al pasajero por la pérdida del animal».
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