«Tengo la esperanza de que todos los católicos sientan a Cáritas como algo suyo»

-¿Qué se siente al ser el nuevo director de Cáritas en Toledo?

-Siento alegría y responsabilidad por el cargo que tengo que desempeñar. En su día, cuando me lo dijeron, sobre todo sorpresa, no me lo esperaba, porque es un campo en el que no me he desenvuelto antes. Pedí un poco de tiempo para pensármelo y no encontré razones suficientes para decir que no.

-¿Qué le ha llevado o animado a decidirse?

-Esta es la típica pregunta que sabía que me iban a hacer cuando me entrevistaran como director de Cáritas y, en cierto modo, me da envidia sana cuando veo a otros cargos relacionados con la acción social entrevistados, los cuales dicen que es algo que hacían desde niños. Me da un poco de vergüenza reconocer que no ha sido así. He hecho mis acciones individuales pero no he estado involucrado especialmente, en el ámbito de la Iglesia he hecho mi servicio porque me ha dado mucho y ahora se lo tengo que devolver.

-¿Cuáles son sus retos y objetivos al frente de Cáritas?

-El primero es que todo el equipo directivo se ponga al día, ya que no soy el único que accede al cargo por primera vez. Aunque se mantiene el delegado episcopal, José María Cabrero, también entran nuevos el secretario general y el administrador. A nivel de Iglesia, tengo la esperanza de que todos los católicos sientan a Cáritas como algo suyo, no como una institución más o algo que no les afecta, como una de tantas organizaciones que se dedica a la acción social. Pero sobre todo voy a intentar consolidar lo que ya está en funcionamiento, salir al paso de las nuevas necesidades de los pobres y continuar con el gran reto de todos los años, que es conseguir que haya más voluntarios y crecer en número de Cáritas parroquiales.

-¿Qué es lo que se ha encontrado a su llegada a la organización?

-Esta es mi primera semana y, aunque no le puedo dedicar todo el tiempo a Cáritas debido a mis obligaciones profesionales, durante el mes de enero vamos a trabajar en hacer la transición de un equipo a otro. Me he encontrado una Cáritas con muchos programas en vigor y unos trabajadores y voluntarios con mucha experiencia e ilusión.

-¿Cómo ve la situación económica en general y de Cáritas en particular?

-La situación es muy complicada para los pobres ahora mismo, pero Cáritas tiene los medios que tiene y llega hasta donde llega. Por eso, necesitamos tener más voluntarios porque es la única manera de poder llegar a las personas. Muchas veces solo pensamos en ayudar a la gente con comida, que es lo más sencillo y lo más necesario, pero Cáritas no soluciona solo los problemas dando comida sino que intenta acoger a la persona y hace una evaluación de su situación personal y familiar para ver sus necesidades laborales, de salud y de vivienda. Para ello, contamos con trabajadores y técnicos bien formados que desarrollen los programas que tenemos en funcionamiento.

-¿Qué es lo que pediría a las administraciones y entidades para que les ayuden?

-Me parece que las administraciones públicas tienen que ayudar a los más desfavorecidos y en época de crisis con más motivo. Lo que no me gustaría tampoco es que caigamos en la tentación de pensar que la solución de los problemas de los demás es responsabilidad de otros. Es bueno considerar que las pobres tienen sus derechos y que hay que atenderlos por razones de justicia. Por eso, tenemos que responder a esa exigencia y no escondernos detrás de las administraciones, entidades y organizaciones, ya que los pobres viven a nuestro lado y también nos conciernen.

-¿Cree, por tanto, que cada ciudadano es responsable de la ayuda a los demás?

-Sí, porque existe el riesgo de una cierta funcionarización de la caridad y que nosotros nos sintamos como funcionarios, pero cada persona, independientemente de su profesión, puede ser voluntario y ayudar a su manera. Además, es nuestra obligación porque la sociedad no se puede permitir tener bancos de gente desechada. De hecho, el Papa Francisco en su última exhortación apostólica, «Evangelii Gaudium», habla de que una sociedad, ya sea local, nacional o mundial, no se puede permitir el lujo de dejar en la cuneta a una parte de la población. Cuando las sociedades hacen eso no habrá programas políticos, fuerzas policiales ni servicios de inteligencia que sean capaces de asegurar la tranquilidad, ya que la injusticia genera violencia.

-¿Qué es lo que espera de cara al 2014 y en años venideros?

-Estamos subiéndonos a un tren en marcha. Se está preparando el plan anual y el plan estratégico para próximos años, por lo que ahora viene un tiempo de trabajo administrativo para ir concretando programas, establecer prioridades y analizar lo que se ha hecho. En este sentido, hay que destacar los programas de atención infantil, mediante los cuales se proporciona alimento y educación a los más pequeños; programas de mujeres; programas de empleo para personas en riesgo de exclusión social y programas de vivienda. Además, se estudiarán nuevas propuestas junto a las cofradías y hermandades de Toledo, como posibles economatos o acciones sociales en barrios desfavorecidos.