La banda sonora del IV Centenario: La música de la época del Greco

Durante los años de vida del Greco, ciudades como Toledo fueron protagonistas de acontecimientos musicales de gran importancia a lo largo de todo el año, posibilitando el mantenimiento de maestros de música, organeros y organistas, cantores, ministriles y luthiers, niños de coro, un contexto del cual El Greco no pudo sustraerse.

Carlos Martínez Gil, del comité científico organizador del simposio junto con Eva Esteve y Víctor Pliego, explica que «pretendemos, pues, reunir a una serie de investigadores que aportarán en su conjunto toda esa riqueza musical y artística que atesoraron las ciudades en las que El Greco dejó su huella, y, en especial, Toledo. En las últimas tres décadas ha habido una serie de musicólogos que han estudiado con paciencia y entusiasmo el legado musical de un período que se puede calificar de esplendor, y que merece ser valorado y difundido de manera universal, al igual que lo es la obra pictórica del Greco. Aprovechemos pues la ocasión para darlo a conocer y para sentirlo también como parte de nuestro patrimonio cultural».

Así, según explica Martínez Gil, a su llegada a España, El Greco conoció en El Escorial un esplendor artístico extraordinario al abrigo del magnífico monasterio de San Lorenzo de El Escorial. «Allí la música también estaba presente, manifestándose de diferentes maneras». «En sus 37 años de vida en Toledo, Theotocópuli, como vecino de la ciudad Imperial y partícipe de algunos de sus acontecimientos más señalados, debió ser espectador y oyente de todas las ceremonias -y de la música que las envolvía-, que acontecían de manera continua en su Catedral Primada. Su capilla de música era una de las más renombradas de España, y durante aquellos años la dirigieron maestros tan afamados como Ginés de Boluda, Alonso Lobo y Alonso de Tejeda. La banda sonora de la ciudad se prodigaba en todos los ambientes y épocas del año: en la Catedral, a lo largo de todo su ciclo litúrgico, en el que destacaban la Navidad, la Semana santa, el Corpus Christi y las fiestas dedicadas a la Virgen; en las festividades propias de las numerosas parroquias de la ciudad; en las constantes procesiones a los monasterios, y por las naves y claustro de la Catedral; en las exequias por la muerte de un cardenal o miembro de la realeza; en los nombramientos de los nuevos cardenales; en las visitas reales, o en acontecimientos tan importantes como la traslación de las reliquias de Santa Leocadia acaecida en 1587. La abundancia y riqueza de las manifestaciones musicales en Toledo durante los años de vida del Greco mantenía a maestros de música, organeros y organistas, cantores, ministriles y luthiers, niños de coro, como artífices de una realidad sonora de la que el pintor griego no pudo sustraerse».

Por eso, El Greco es aquí un punto de partida que va a permitir aprovechar la ocasión para estudiar su entorno musical, es decir, la «banda sonora» que acompañó a tan extraordinaria producción artística. Aunque exista constancia de ello, es evidente que El Greco escuchó, con mayor o menor interés, toda la música de la que en este Simposio se va a hablar. De la misma manera que la influencia de la pintura italiana del momento está presente en toda su obra, nosotros trataremos también de conocer cómo sonaba la música que el pintor cretense encontró a su paso por Italia, encarnada en dos ciudades en las que el hecho musical adquirió una especial relevancia por esos años: Venecia y Roma.

La cita tendrá lugar en el conservatorio de música «Jacinto Guerrero» de Toledo, aunque la jornada inaugural tendrá lugar el día 30 de enero, en Roca Tarpeya. Este simposio será una de las primeras actividades que se van a realizar con motivo del IV Centenario de El Greco en las ciudad, que está a punto de comenzar a vivir una de los acontecimientos más importantes de las últimas décadas.