Jóvenes con patologías previas, perfil de las víctimas del virus H1N1
Dalila Mimuni, una joven marroquí de 20 años, se convirtió el pasado 30 de junio en la primera víctima mortal de la gripe A en España. Desde entonces, la infección se ha cobrado diez víctimas en apenas dos meses y ha llevado hasta la unidad ... de cuidados intensivos de los hospitales a 66 afectados en estado grave.
La cifra no es «preocupante» si se pone en perspectiva, con decenas de miles de casos en todo el país, asegura Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública y miembro del Comité Científico que asesora al Gobierno en esta pandemia. La mayoría de las personas infectadas se ha recuperado sin secuelas en pocos días y la mortalidad es todavía inferior a la que deja cada invierno la gripe estacional. «No llega al 0,5 por ciento de letalidad», insiste.
«No es preocupante»
Lo excepcional es que el H1N1 se extiende con temperaturas por encima de los 30 grados, no en invierno como hacen los virus de la gripe. «Y, sobre todo, que cada nuevo fallecimiento aparece en los telediarios. El mensaje que podemos trasladar es que este virus se comporta, de forma benigna. No hay por qué preocuparse. Al menos por ahora», matiza Rodríguez Artalejo.
Como en la gripe estacional, nadie está libre de contagiarse o de que sufra complicaciones graves. Pero sí se sabe que el riesgo se multiplica en personas con un estado de salud deteriorado y enfermedades crónicas, como le ha ocurrido a la gran mayoría de personas que han fallecido desde finales de junio. La excepción frente a la gripe estacional es que el virus H1N1 parece respetar más a las personas de edad avanzada y se ceba en jóvenes, como ha ocurrido en otras pandemias de gripe a lo largo de la historia.
Si hubiera que establecer un perfil de las víctimas mortales, ese sería el de adultos jóvenes con una media de edad que no llega a los 40 años y con una enfermedad crónica de base. No hay grandes diferencias entre sexos. De los diez fallecidos, seis eran hombres y cuatro mujeres, aunque la media de edad de las víctimas femeninas era menor que la de los varones. La mayor tenía sólo 35 años. Por su situación social y origen, cuatro de los diez víctimas fallecidas en España eran inmigrantes de Marruecos, Rusia, Argelia y Nigeria.
Sanos, la excepción
Tanto en España como en el resto de los países con condiciones sanitarias similares. los casos más graves se están registrando en pacientes jóvenes. «Pero hay que advertir que la gran mayoría son enfermos crónicos. En nuestro país, salvo uno de los fallecidos, el resto padecía problemas graves de salud antes de infectarse o tenía algún factor de riesgo relacionado con la enfermedad», señaló Luis Aguilera, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar (SemFYC).
La única víctima que no tenía factores de riesgo ni patologías previas antes de contagiarse es una mujer nigeriana de 33 años que falleció en las Islas Baleares. «Este caso es la excepción de toda norma. No hay preocupación científica por este caso. Un 10 por ciento de todas las muertes ocurre en personas jóvenes y sin riesgo, pero no es lo habitual». El presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas, Ferrán Segura, también considera «excepcional y anecdótico» el caso de Baleares. «Que el virus mate a jóvenes sanos no es ninguna sorpresa desde el punto de vista científico ya que, aunque el virus es relativamente benigno, se sabe que la gripe A tiene un comportamiento un poco diferente al de la estacional y afecta a más personas jóvenes».
Ampliar la vacunación
Estados Unidos ha decidido por este motivo incluir en la campaña de vacunación a jóvenes hasta los 34 años, aunque estén sanos y no tengan factores de riesgo. En España aún no se prevé incluir a este grupo poblacional. «Todavía no hay razón para hacerlo, pero la campaña no está cerrada y se puede modificar», indica Rodríguez Artalejo.
Los factores de riesgo que el Ministerio de Sanidad considera son el embarazo, la obesidad mórbida y sufrir enfermedades respiratorias (asma, EPOC...), dolencias cardiacas, problemas renales y hepáticos, entre otros problemas crónicos. Todos estas dolencias multiplican el riesgo de complicaciones.
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