Gripe A: la primera pandemia del siglo
El mundo no se enfrentaba a una situación similar desde hacía cuarenta años. Y es que ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la pandemia de gripe A ya se ha puesto en marcha en todo el planeta, por lo que elevó ... la alerta a su nivel máximo (fase 6). Algo que ocurre por primera vez en este siglo. Esto significa que el virus H1N1, responsable de la enfermedad, ya se transmite a nivel comunitario en países que se encuentran fuera de la primera región afectada, América del Norte. De hecho, la alerta ha saltado a raíz del incremento de casos en Australia (1.307 afectados). Es decir, la infección se extiende ya de forma global.
Aunque también existe otra gran preocupación entre los expertos de la OMS por el brote de Chile (1.694), donde también se ha producido un rápido incremento de afectados en las últimas horas. Un país del hemisferio sur que se encuentra en pleno invierno, y donde, por tanto, existe el riesgo de una mutación del virus H1N1 con el de la gripe estacional. En la nación andina, además, ya se han producido dos muertes y 29 personas se encuentran en estado grave.
«Pandemia moderada»
A pesar de que la directora general de la OMS, Margaret Chan, declaró que «el mundo está entrando en los primeros días de la primera pandemia de gripe del siglo XXI», mostró todas las cautelas ante esta situación con el fin de no causar un alarmismo innecesario, porque la pandemia se ha decretado a causa de la extensión de la enfermedad y no porque ésta sea más virulenta ni haya aumentado su gravedad. Por el contrario, «la mayoría de los pacientes están experimentando síntomas leves y se recuperan rápida y totalmente, a menudo sin haber sido sometidos a tratamiento médico», aseveró.
Chan lanzó un mensaje de calma pues nos encontramos ante «una pandemia moderada». «Pandemia significa extensión del virus -explicó-. Pero un mayor nivel de alerta pandémico no significa necesariamente que vayamos a ver un virus más peligroso o que mucha gente vaya a caer gravemente enferma». Y recordó que el mundo está bien preparado para afrontar esta situación. Más bien, elevar la alerta a su nivel máximo se trata de una medida obligada por los protocolos de la OMS.
En ese mensaje de tranquilidad, la agencia de Naciones Unidas advirtió que no hay que cambiar los hábitos de vida de la población ni los médicos. Y tampoco recomienda el cierre de fronteras, ni las restricciones de movimientos de personas, bienes y servicios.
Ahora la atención está centrada en la producción de una vacuna contra el virus H1N1. De momento, los laboratorios están fabricando la vacuna de la gripe estacional y «tan pronto como terminen, comenzarán rápidamente con la producción de una vacuna pandémica», anunció Chan.
Vacunas en septiembre
Varios grupos farmacéuticos ya trabajan en la creación de este suero contra la nueva gripe y deberían disponer de una cepa vírica de base para empezar la producción hacia finales de junio o principios de julio, según las previsiones de la OMS. Lo que está claro para esta organización es que «antes de septiembre ningún país tendrá la vacuna. Incluso en esa fecha el suministro será limitado y habrá que ver que países la reciben y qué grupos dentro de cada país».
La producción de 5.000 millones de dosis en un año debería ser posible. Pero todavía quedan asuntos pendientes por resolver, pues la OMS aún no sabe si harán falta una o dos dosis para obtener la inmunidad contra el virus, el coste de la nueva vacuna y tampoco ha decidido qué grupos de población tendrán que ser vacunados por su mayor riesgo ante la enfermedad.
Si bien la OMS transmitió tranquilidad, también reconoció que no hay que bajar la guardia por muchos motivos. Países como México, donde surgió el primer brote y que ahora ve cómo se ha controlado la expansión de la enfermedad, deben estar preparados para una segunda oleada.
Pero es que además hay otro riesgo. Chan recalcó que este es un momento inédito en la historia pues por primera vez un virus pandémico convive con otro, el de la gripe aviar, que se encuentra en el nivel tres de alerta.
Ni pánico, ni alarmismo, pero lo cierto es que hay que prepararse para un virus que «va a circular por en el mundo entero durante uno o dos años», según las estimaciones de la propia OMS.
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