Drones: muerte por control remoto

El periodista especializado Roberto Montoya profundiza en la cruzada contra el terror iniciada por EE.UU. por medio de una guerra invisible, virtual y que garantiza la impunidad

Rosario González

Desde hace meses, los drones son el «gadget» estrella, y su imagen robótica y amable es disputada por grandes compañías como Amazon, que anunciaba no hace mucho su intención de utilizarlos para repartir sus productos entre los compradores. Sin embargo, hablamos de la misma arma ... mortífera utilizada en la cruzada contra el terror iniciada por EE.UU., en este caso a través de los aparatos Predator y Reaper, aviones no tripulados que van armados con misiles Hellfire y que permiten identificar a un objetivo en cualquier lugar del mundo y proceder a su eliminación.

De esta segunda imagen es de la que se encarga el periodista Roberto Montoya en «Drones: la muerte por control remoto», uno de los libros estrella de la serie «A fondo» con los que la editorial Akal trata de profundizar en temas actuales a través de periodistas especializados. «Lo que sale en los medios es el uso civil de los drones, pero lo que hay detrás es un proyecto militar camuflado», advierte Montoya, autor de otros dos libros sobre el modus operandi de Estados Unidos en su autodenominada guerra contra el terror.

Según explica Montoya, el primero en darle un uso militar fue George W. Bush, que dirigió ataques en Yemen con el objetivo puesto en Al Qaeda. Sin embargo, explica, el mayor abanderado de esta herramienta militar es el presidente actual, Barack Obama. «Asumió la presidencia un 20 de enero de 2009 y, apenas tres días más tarde, ordenó el primer uso de drones contra un presunto terrorista en Pakistán, donde perdió la vida el sospechoso y otros 15 civiles», señala.

El autor describe una operativa en la presidencia estadounidense que requiere grandes dosis de sangre fría. «Cada martes, Obama se reúne en la Casa Blanca con el Consejo de Seguridad. Allí le presentan una lista de candidatos para que, como sucedía en la antigua Roma, Obama decida quién debe seguir con vida y quién debe morir», explica.

«Durante sus primeros once meses como presidente, el Premio Nobel de la Paz ya había matado a más gente que Bush en sus ocho años de gobierno», resume el autor, que carga contra una guerra robótica que se caracteriza por ser «invisible, económica y garantizar la impunidad» en una obra en la que, además de trazar en el tiempo la historia de los drones, aborda otros aspectos como el trauma de los pilotos, la mirada de las víctimas, la legislación internacional o el futuro de esta guerra virtual.

Drones: muerte por control remoto

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