Así es el nuevo yate ecológico del futuro, puro lujo

Entre los mayores desafíos de la feria destaca demostrar cómo las industrias navieras cada vez esfuerzan más en idear proyectos que redujesen la huella de carbono en el medio ambiente, y este es uno de los ejemplos más representativos. Su funcionamiento se lleva a cabo a través de gases licuados que alimentan las baterías del barco por electrólisis. Una tecnología que puede parecer demasiado costosa, pero que apunta a convertirse en la más demandada en los próximos años.

Como resultado se obtiene un trabajo más silencioso que, aunque no promete una velocidad tan potente como otras embarcaciones clásicas (pues se estima que alcance los 10 nudos), aseguran el respeto a los océanos.

Su diseño exterior es uno de los puntos más llamativos, pues sigue una línea minimalista con aires futuristas basada en las formas sinuosas muy aerodinámicas que ofrecen una resistencia mínima al viento que a su vez mejoran su movimiento. Todo está pensado para sacar el máximo partido de los recursos naturales, desde las placas solares a la planta desalinizadora.

El megayate es una oda a la naturaleza y por ello no faltan varios invernaderos repartidos por la proa y la popa que se ven potenciados por unas paredes acristaladas para que resulte más fácil el cultivo de plantas. En la embarcación se pretende cultivar los alimentos de manera autónoma, de modo que los huéspedes puedan alimentarse con las verduras del huerto y los peces que se pesquen en la inmensidad del océano.

No falta tampoco un vasto jardín con todo tipo de plantas exóticas y una piscina de agua salada que no tienen nada que envidiar a los de los mejores hoteles. También tiene una zona donde contemplar las estrellas en el centro que, junto con la vegetación que la rodea, da la sensación de estar en un oasis.

Aunque no se ha especificado el número de camarotes que tendrá, se sabe que el principal tendrá su propio jardín y una terraza para disfrutar de los amaneceres y atardeceres en alta mar. En lo que respecta a la línea decorativa, será una fusión entre los acabados más futuristas con un punto ecológico en el que no falta el bambú y todo tipo de elementos de la naturaleza que contribuyan a que se vea lo más sostenible posible.