Un híbrido entre yate e isla privada, lo último en lujo

Con aspecto de islote tropical, Kokomo Ailand puede ser diseñado totalmente a medida, el tamaño, la forma, la decoración y, por supuesto, los extras. Ascensores, jacuzzis, suelos de cristal, palmeras y hasta un helipuerto, todo esto y mucho más es lo que la empresa austriaca muestra en su prototipo.

Situadas a 80 metros sobre el nivel del mar, con 117 metros de eslora de puro lujo y un calado de 20.5, -9,7m , estas islas ofrecen todo tipo de detalles. Un día normal en ellas puede comenzar observando la rica naturaleza submarina, seguir con una cena en la espectacular terraza con vistas al océano y terminar en el jacuzzi o piscina superior. Suena bien, ¿verdad? Entre los muchos extras que ofrece esta segunda residencia están el cine al aire libre, una parrilla para barbacoas e, incluso, para los más valientes, un comedero para alimentar tiburones.

La compañía con sede en Graz, Austria, se dedica a la fabricación de submarinos equipados para ser utilizados, también, como yates de lujo, pero esta creación es, sin duda, la más novedosa de todas . La idea de Kokomo Ailand es que pueda funcionar como isla y establecerse en cualquier lugar del océano, pero también, permite a sus dueños navegar por él a una velocidad crucero de 15 km/h . El gerente de la firma, Christian Gumpold ve el mar como un lugar potencial para establecer residencias de lujo en un futuro no muy lejano.

El edificio incluye, además, jardines verticales y una suite situada en lo alto de una torre con vistas 360 grados. Aquellos que lo deseen pueden incluir también un salón de belleza, un bar o un gimnasio pudiéndola convertir así en un retiro vacacional perfecto para ir en familia, con amigos o, incluso, para alquilar a otros millonarios o convertirlo en hoteles flotantes. La isla cuenta, también, con un submarino privado con más de 738 pies inspirado en los destructores modernos de la clase Zumwalt.

Esta empresa, fundada por profesionales con años de experiencia en la industria de la navegación, busca satisfacer la creciente demanda de yates y embarcaciones totalmente personalizadas e individualizadas y este es un paso más para llegar a clientes de alto standing que desean privacidad, lujo y exclusividad. Pese a que todavía es un prototipo , Kokomo Ailand ya se ha convertido en el sueño de muchas grandes fortunas, porque eso sí, aunque no se han hablado de cifras está claro que barato no será.