Viajar
Dónde disfrutar del eco-lujo en Ibiza
Las oleadas de turistas han dado paso a los amantes del agroturismo con la llegada del otoño. Ibiza se convierte así en ese lugar en el que disfrutar de sus verdes campos tras las primeras lluvias, en el que saborear su exquisita gastronomía y en el que practicar deportes náuticos en el mar azul que la rodea
Marisol Navarro
Cuando el «veroño» hace semanas que ha abandonado la Península, las buenas temperaturas siguen amarradas con uñas y dientes a las Islas Baleares . Con máximas que rondan los 20 grados hasta bien entrado noviembre, es tiempo de descubrir la Ibiza del bienestar, aquella ... que se desestresa del ajetreo veraniego.
Ibiza nos descubre otro turismo ligado, no tanto al ajetreo de sol, playa y diversión, como al disfrute de la naturaleza en unas condiciones de confort que hacen posible que el lujo llegue al entorno rural. Aquí no se habla de estrellas, sino de una plácida instancia con toda clase de detalles.
Casa Maca nos da la bienvenida. Una antigua villa payesa convertida en hotel rural en el municipio de Ibiza. Hablamos de un concepto eco-lujo. Sus diez suites, exclusivas, amplias y decoradas con sencillez ibicenca son el lugar perfecto para descansar. El silencio que rodea a esta villa solo lo rompen los pájaros al amanecer. El navarro Javier Anadón dijo que se enamoró de esta villa nada más verla y más aún al comprobar que desde los jardines de las suites se ve la bahía de Ibiza, la Dalt Vila (la zona antigua y amurallada de la ciudad) y ese mar azul que te acaricia con su brisa. De eso solo han pasado dos años y ahora Casa Maca se ha convertido en uno de los baluartes del grupo Mambo . Una empresa familiar que empezó su andadura en la isla hace más de cuarenta años y que ahora es un referente en el sector de la restauración y hotelero. Lo demuestran los desayunos y comidas de sabores auténticos en Casa Maca.
Rincones inolvidables de la Ibiza más natural
Tras un energético desayuno nos disponemos a recorrer Dalt Vila , uno de los recintos amurallados con baluartes mejor conservados del mundo y donde perderse por sus calles es todo un lujo. Sus murallas, que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999, encierran los edificios más importantes de la isla: su gobierno, su cultura y su zona comercial por excelencia. Allí se asientan muchos de los diseñadores que hacen la auténtica moda adlib . Y en el centro, en lo más alto, dibujando una perfecta silueta, la c atedral de Ibiza , la que desde su interior cuida la Virgen de las Nieves.
Este remanso de paz antaño fue lugar de asalto de bárbaros y piratas. Difícil no dejarse llevar por la imaginación cuando tras uno de sus pasadizos aparece una recreación de los defensores de las murallas que construyó Felipe II en el siglo XVI para defender dos cosas muy preciadas para España: la isla, por ser entrada al Mediterráneo, y la sal que de sus salinas se extraía, el conservante natural de los alimentos.
El paseo desemboca en el centro neurálgico de la ciudad, el boulevard de Vara del Rey . Dejamos el puerto a la derecha y la zona amurallada a nuestras espaldas. Es hora de degustar las tapas más típicas, los productos de la huerta y del mar combinados perfectamente en los fogones de La Cava . Los postres caseros no se olvidan fácilmente.
Con las energías renovadas, atravesamos la isla de este a oeste para ir a ver las mejores puestas de sol, las que se pueden contemplar desde la bahía de Portmany . Ver caer el sol desde el Hostal La Torre , en Cap Negret , no tiene comparación. Un cóctel, un zumo de frutas naturales mientras la música te envuelve es hipnotizante. No puedes apartar los ojos del horizonte rojizo que dibuja el sol en el mar. Un espectáculo natural que reúne a miles de personas cada día.
Y cuando la noche cae y baja unos grados la temperatura es el momento ideal para dar un paseo contemplando los barcos del puerto de San Antonio , uno de los municipios más importantes de la isla. Y aunque es zona muy turística, en otoño es el otro turismo el que discurre por sus calles, ese visitante que se sienta a disfrutar de las delicias y el marco incomparable que ofrece el restaurante Villa Mercedes . Cocina mediterránea cien por cien.
Las oleadas de turistas han dado paso a los amantes del agroturismo con la llegada del otoño, una modalidad cada vez más en alza en las islas Pitiusas . Ibiza se convierte así en ese lugar en el que disfrutar de sus verdes campos tras las primeras lluvias, en el que saborear su exquisita gastronomía, en el que practicar deportes náuticos en el mar azul que la rodea. Y para ello nada mejor que bajar a cala Gracioneta, hacerse con una tabla de paddel surf e intentar jugar con las olas. El desgaste valdrá la pena para luego resarcirte con un arroz de los que sirven en el chiringuito de la cala .
Estas y muchas más son ofertas irresistibles en este paraíso natural. Atrás han quedado los bulliciosos días de sol y playa. Ahora la isla se recoge en su interior, se aleja de la costa, toma poco a poco el ritmo cadencioso de otro tipo de turismo, el natural.
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