Kim Kardashian, Tom Cruise… el nuevo capricho de los millonarios es un búnker de lujo

Igual que sucede con otras edificaciones tradicionales, estas construcciones también sucumben a todo tipo de tendencias: aires minimalistas con jardines subterráneos, Spa y zonas recreativas son algunos de los requisitos más valorados, siempre bajo un diseño minimalista que no canse a la vista para poder pasar tranquilamente en ellos semanas, meses e incluso años.

De hecho, cada vez son más las celebrities que invierten en uno propio, como el caso de Bill Gates y Kim Kardashian, dos de las últimas en hacerse con uno. Otros de los que hace ya tiempo que decidieron apostar por ellos fueron Donald Trump , que construyó uno en su casa de Miami, Mar-a-Lago además del que poseía en la Casa Blanca; y Tom Cruise que realizó dos en su mansión de Beverly Hills y en su rancho de Colorado. Pero eso no es todo, ahora la última moda consiste en hacerse con un terreno en Nueva Zelanda o incluso adquirir una isla en el Pacífico para crearlos de dimensiones aún más grandes y con espacios al aire libre, que harían de ellos auténticos fuertes en lugar de búnkeres.

Independientemente de su tamaño, lo que ofrecen es una apuesta en seguridad para sobrevivir a todo tipo de catástrofes naturales o guerras sin renunciar a las comodidades, y ese sería su punto clave. No les falta ningún detalle a nivel de infraestructura, pues poseen numerosas fuentes eléctricas, generador diesel, paneles solares y tanques con reservas de agua con gran capacidad, filtración de aire a nivel nuclear, químico y biológico, huertos con todos los recursos para poder cultivar los propios alimentos y algunos incluso tienen una estación meteorológica y centro médico de primeros incorporado.

Desde hace un lustro sus ventas están creciendo como la espuma, así lo declaró, Gary Lynch, gerente general de Rising S. Company , con sede en Texas, quién explicó que las ventas de sus búnkeres subterráneos personalizados de alta gama crecieron un 700% en comparación con 2015. No hay duda de que la oferta cada vez es más amplia, pero durante los últimos años los hay que han experimentado un verdadero auge.

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DBX

Una de los más novedosos es DBX, diseñado por ABIBOO Studio, una firma americana con sello español de la mano de Alfredo Muñoz, quien también se ha encargado de realizar un proyecto para construcciones en Marte. Aunque el precio del búnker no se ha especificado, estamos seguros de que solo será apto para ciertos bolsillos. Con unas dimensiones de 1200 metros cuadrados, está pensado para que en él puedan vivir cómodamente diez personas durante un año. La puerta de entrada es muy discreta y se encuentra sobre una colina de cubierta vegetal. Entre otros detalles, su composición es capaz de hacer frente a los desastres tanto climáticos, como químicos, biológicos o nucleares; cuenta con 150 metros cúbicos de espacio de almacenamiento para alimentos así como diversas cámaras frigoríficas y semillas de siembra.

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Survival Kondo

Se trata de una antigua bóveda de misiles en Kansas de 60 metros de profundidad transformada en un complejo de apartamentos de lujo en cuya web se definen como “un resort para hacer frente al apocalipsis”. El artífice de esta obra, Larry Hall, lo proyectó en 2011 inspirándose en la gran cantidad de refugios que hay por la zona que se construyeron durante la Guerra Fría. El refugio tiene zonas comunes muy atractivas para hacer vida en comunidad, desde restaurantes a teatros, cafeterías, piscinas y áreas de juego. A diferencia de otros proyectos, ofrece diferentes opciones: desde apartamentos de 83 metros cuadrados a un "penthouse" de dos pisos de 330 metros cuadrados. La residencia más barata de esta comunidad cuesta 5 millones de euros.

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The Oppidum

En Praga se encuentra el que se supone que es el búnker más grande del mundo. Construido en secreto en 1984 durante 10 años, The Oppidum no tiene nada que envidiar a los mejores hoteles de lujo. Además de su elegante diseño, lo que más llama la atención es el modo en el que se distribuyen todas sus comodidades sin que dé la sensación de que está bajo tierra. Spa, jardín subterráneo, varias piscinas, sala de fiestas, bodega… Lo tiene todo.

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Vivos

No todo son opciones que superan el millón de dólares, la empresa Vivos Gruop es la prueba de ello. Situada en Dakota del Sur y en Alemania, ha transformado 575 búnkeres militares en un complejo de viviendas que puede albergar hasta a 5.000 personas y cuyo precio depende de las comodidades que se les quiera añadir a cada una, aunque el precio medio suele rondar los 40.000 dólares. Cada búnker se entrega vacío para que el propietario lo personalice a su gusto y necesidades. El complejo imita la distribución de un pueblo: tiene teatro comunitario, colegio, jardines hidropónicos, una clínica médica, spa y un gimnasio.