ARQUITECTURA
La Casa de la Cañada, la locura arquitectónica de Ramón Esteve
La luz y los espacios diáfanos describen unos espacios con los que sus visitantes se comunican con los cinco sentidos
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Iniciar sesiónLo extraordinario de la arquitectura no solo reside en potenciar la belleza del lugar donde se integra sino en su capacidad de crearla por sí misma y generar valor en su entorno. Es el caso de La casa de la Cañada , ... construida en una zona residencial en las inmediaciones de Valencia.
Proyecta el estilo de vida perfilado por una familia de empresarios con tres hijos que confió en el Ramón Esteve para que trazara en su terreno una vivienda cálida y funcional.
El arquitecto resumió en una sola planta todas las cualidades que requería el inmueble. Los tres pilares sobre los que la sustentó fueron: agua, luz y espacio; y se inspiró en La casa de la Cascada de Lloyd Wright bebiendo sus conceptos mientras se concentraba en los planos. "E sta casa es unaobra de arte porque consigue que interactúes con ella con los cinco sentidos ", explica.
El autor dotó a la planta de 1.053 m2 del "maximalismo minimalista" que lo caracteriza , que consiste en lograr "una solución arquitectónica de síntesis por exclusión y no por simplificación ".
Una casa de aire. agua y luz
Al contrario que en la casa de Wright, en esta obra el agua es muda, reposa tallada en forma de laguna artificial . Para Esteve la piscina es un concepto caduco, mientras que una lámina líquida expresa frescura durante todo el año y organiza los espacios , dado que la entrada está concebida como el atrio de una casa romana. A su vez su vez los agranda y aporta una sensación espacial única al reflejar el cielo .
El "atrium contemporáneo" se perfora en el centro de la planta y comunica visualmente todas las estancias entre sí y con el exterior, de esta forma la casa se concibe "desde dentro hacia fuera" . Quien entra llega directamente a su corazón.
Las habitaciones son diáfanas y se distribuyen alrededor del patio , que separa la vida de día y la de noche y sitúa tres dormitorios y un cuarto de baño en el ala oeste mientras en la opuesta presenta el salón y la cocina.
Todos los muebles fijos de la casa fueron diseñados a medida por el arquitecto para facilitar las interacciones entre los espacios: desde las piezas minimalistas de la cocina hasta la chimenea pasante o las puertas, cuyos marcos quedan embebidos en una solución magistral de carpintería. Este recurso cabalga entre lo funcional y lo artístico, porque refuerza la sensación de continuidad y fluidez que la casa quiere expresar.
Esteve también diseñó los muebles de la terraza , situada en la parte posterior bajo un voladizo de hormigón con dos perforaciones que permiten la entrada del sol con un impacto muy eficiente. En una de las alas incide en verano y en la otra en invierno . Así se pueden explotar las posibilidades del porche durante todo el año.
Sustentan la mansión gruesos muros de mampostería de piedra alternados con paneles de vidrio con lamas de madera superpuestas , que en determinadas zonas son correderas mientras que en otras son orientables. De esta manera la vivienda dialoga constantemente con el exterior para que sus habitantes puedan contemplar el jardín cuando lo deseen.
El sol es un invitado siempre bienvenido. La luz natural se filtra tanto en la vivienda principal como en el sótano , el rincón de capricho de padres e hijos, que acoge una enorme sala de juegos para los pequeños y un garaje con espacio para seis coches. La familia, que ya disfruta del lugar, accede a esta planta por una rampa rematada con la forma de un patio inglés que imanta la luminosidad en su interior hasta el anochecer.
Todas las estancias sacan el máximo partido a las posibilidades solares , bien a través de las vanguardistas fórmulas arquitectónicas rendidas al vidrio, o bien a través de lucernarios.
El orden era la prioridad para una familia que soñaba con aunar la paradoja de la convivencia y la privacidad , una casa que los mantiene en permanente contacto sensorial pero singularmente aislados de sus vecinos por una hilera de pinos y palmeras que ejercen tanto de pulmón como de cortina.
A Ramón Esteve lo gratifica comprobar el resultados de un trabajo que asumió como un reto personal: "fue una locura, un sacrificio, pero estoy satisfecho cada vez que veo algo con la forma exacta que imaginé".
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