Las zapatillas de estar por casa con las que no perderás un ápice de elegancia

Imagínate por un momento que ese hombre cuyo estilo admiras, ya sea famoso o de tu entorno, lleva chanclas en casa. Se te cae un mito, ¿verdad? Pues ya tienes la primera clave a la hora de elegir calzado para casa: nada de aquel que haya sido concebido para la piscina y la playa, como mucho para los vestuarios del gimnasio. Mira que es tentador hacerlo en verano, pero es mantener la dignidad o tirarla por la borda. Todo o nada. Tú eliges.

No es casualidad que exista un calzado concreto denominado «de estar por casa». Materiales cuidados, pie protegido y descansado gracias al confort de los diseños, atención a detalles como las suelas resistentes y antideslizantes que además no hagan las funciones que debería hacer el robot aspirador –mírate la suela de las chanclas si las usas por casa en verano y lo entenderás–, y elegancia. Porque sí, se puede ser elegante habiendo nacido zapatilla de estar por casa.

Las diferencias entre el verano y el invierno tienen que ver sobre todo con el refuerzo y el tejido en el que se elaboran. El borrego en el interior, y el diseño completamente cerrado es posiblemente el más recomendable para los meses fríos, pero hay hombres que no pueden soportar llevar el talón fijo en casa. Para gustos, colores; lo importante no es si la zapatilla es tipo mocasín o tipo babucha, que son los dos grandes grupos en los que se pueden clasificar este tipo de productos, sino que sean en primer lugar de estar por casa, y en segundo lugar que su diseño se aleje de las que llevaría cualquier adolescente. Esto es, evitar escudos deportivos, estampados graciosetes, hacer publicidad de la trilogía favorita y demás opciones similares en la medida de lo posible.

Tanto en las de tipo mocasín como en las babuchas, que es la más apropiada para el verano porque el talón al aire siempre permite mantener el pie más aireado, existen distintas alternativas que se adaptan mejor a una época del año u otra, y también a los gustos de cada uno. Como decíamos anteriormente, si llevan borrego o no ya marca una clara diferencia.

También el tejido exterior, que puede ser de tipo acolchado, fabricado en lana o integramente en piel, quizá más delicado pero también indudablemente más elegante, es otro factor al que prestar atención para escoger diseño. Y por supuesto el color, en el que los más dominantes son los tonos tierra, marrones, azul marino y gris. Si eres muy nostálgico, los estampados de cuadros siguen siendo una alternativa vigente, especialmente en las zapatillas de estar por casa fabricadas en lana.

No hay que perder de vista tampoco los otros dos estilos de este calzado que ocupan espacios distintos al mocasín o la babucha. Uno de ellos es el paso intermedio, una zapatilla destalonada pero con un ligero escalón en su parte posterior y refuerzo lateral que no es ni una cosa ni la otra, aunque se asemeja un poco más a la babucha. Y el otro es el diseño que más fuerza está cogiendo últimamente, la sandalia o el zueco, fabricada en tejidos frescos para el verano pero que ahora también se ha colado en los catálogos de invierno, seguramente influenciadas las casas especializadas en calzado de estar por casa por la tendencia de llevar estos modelos tipo pala con calcetines en los meses de entretiempo. Quizá te parezca una tontería, pero si lo que de verdad te gustan son los calcetines de calidad y tu casa no es uno de esos hogares heladores que cuesta horrores calentar, las zapatillas de este estilo son una opción genial porque a cómodas no las gana nadie. No las pierdas de vista.