Plumífero: así se lleva este invierno en el que todo el mundo quiere uno

A buen seguro, tienes fotos en el álbum familiar de los 80 donde tu padre o tú mismo posas orgullosos con un abrigo acolchado de colores, aquellos plumas españoles nacidos precisamente en esa década. En los 90, si los pasaste como adolescente, eres tú el que protagoniza las fotos de invierno con tu plumas favorito de la época. Y ahora, más de dos décadas después de la última vez en la que fueron tendencia, los plumíferos vuelven a ser omnipresente a en las colecciones de las firmas de lujo y en el fast fashion.

Esto es así por su confort, su estética deportiva, su resistencia y su versatilidad , características que facilitan la adaptación de la pasarela a la calle. Pero, como siempre, son firmas de lujo las que han sembrado lo que ahora se recoge a pie de calle. En concreto, marcas como Louis Vuitton, Gucci o Prada, entre muchas otras, han apostado recientemente por el plumífero o puffer coat —en los tiempos que corren es “esencial” manejar el anglicismo de turno—.

La gran novedad respecto a este nuevo empuje del plumífero es que ya no distingue en función de la edad . No es una prenda para los jóvenes exclusivamente. Y tampoco lo es solamente para looks casual. Si lo escoges en un color oscuro, discreto; sin capucha, y con un volumen no muy exagerado, te puedes plantear ponértelo hasta con el traje para ir a la oficina. Es más, hay diseños híbridos entre la parka, prenda de invierno que se ve mucho en los percheros de las oficinas, y el plumas que parecen pensados para llevar con el traje a diario.

No vamos a detenernos en exceso en los factores técnicos: si compras un plumas, este ha de abrigar, y esto depende del material que lleve en su interior, que puede ser sintético o natural , y de la cantidad y distribución del mismo para obtener la mayor eficiencia posible en lo que respecta a la temperatura. Además, siempre suma el hecho de que sea impermeable su capa exterior, lo cual vendrá marcado por las siglas DWR (Durable Water Repelent), y es un detalle a favor que las cremalleras sean también estancas, aunque esto no ocurre a menudo en los diseños que no fabrican firmas deportivas especializadas en ropa técnica.

A partir de estos dos detalles, es cuestión de gustos y posibilidades escoger un tipo de plumas u otro. No es como otras tendencias, que se lleva de esta o aquella manera. Con el plumífero la libertad es casi total. Puedes optar por el formato largo, como un abrigo, o bien tipo chaqueta, a la cintura. Puedes llevarlo con capucha, un poquito más deportivo si cabe, o sin ella. Y puedes escoger entre una amplísima variedad de colores y estampados: desde metalizados a tonos discretos y oscuros como el negro pasando por combinaciones tipo color block, de varios tonos, y estampados llamativos y poco habituales en estas prendas como son los cuadros, por ejemplo.

La clave, punto en común de todos estos estilos diferentes entre sí, es el volumen. El plumífero se lleva con volumen, holgado o muy holgado, algo así como XL o XXL , para que lo entiendas. Nada de llevar plumas ajustados, “a la italiana”. Esta tendencia , que también la vivimos recientemente, ya paso. Ahora buscamos el contraste entre prendas interiores y el volumen del plumífero. Y no importante tanto si lo combinas con unos vaqueros, los pantalones del chándal —o joggers, que también tienen su anglicismo…— unos pantalones de pinzas, con cordones o hasta con los del traje, como te recomendábamos antes. El factor decisivo, insistimos, es el volumen.

Y más importante todavía que el grosor del acolchado es, y volvemos al comienzo de la pieza, que te convenzas de que el plumífero no es una prenda para jóvenes. Para nada. En este momento, es la prenda de moda por excelencia en el armario masculino para este invierno del que todavía quedan semanas por delante.