Diez errores que cometes al vestirte para la oficina
Manual rápido sobre lo que debes evitar si quieres acertar con tu elección estilística en el trabajo
Summum
Una cosa es soñar con trabajar en Sillicon Valley y otra muy distinta creer que está extendido el modelo de las tecnológicas que apuestan por los códigos de vestimenta hiperflexibles y relajados. Es más, cada vez son más las compañías que restan rigidez a su ... protocolo de estilo, pero ni siquiera en este tipo de empresas vale todo para ir a trabajar. Hay unos límites que marcan las propias compañías y está también el sentido común, que es el mejor aliado para no meter la pata al vestirse para acudir a la oficina a trabajar.
Sin necesidad de consultar ningún manual de estilo, el sentido común es el que nos grita a voces que no nos tomemos determinadas licencias en el ámbito laboral, que para eso hay otros foros más adecuados en lo que explorar nuevos caminos. A continuación, repasamos cuáles son los errores más extendido al elegir look para la oficina:
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1
No conocer los códigos
Cuando llevas 15 años en la misma oficina este es un error que si lo cometes es porque lo estás haciendo adrede. En este caso, poco podemos decir al respecto. En cambio, sí podemos alertarte de que consultes el código de vestimenta de tu nuevo espacio de trabajo cuando te vas a incorporar próximamente a él. Es bueno saber de antemano las reglas del juego para saber cuándo se están incumpliendo .
2
Experimentación
Teniendo todas las tardes de la semana para hacerlo y los fines de semana al completo también, ¿qué necesidad hay de arriesgar con combinaciones de colores y prendas que son como jugar con fuego? Para ir a trabajar es clave manejar un margen de error suficiente que nos permita mantenernos alejados de los límites. La oficina es un espacio donde el estilo no debe generar problemas donde no los hay así que es más inteligente pecar de conservadores.
3
Vestir como si fueras a la piscina
Las bermudas de todo tipo y las sandalias (las chanclas juegan en otra categoría todavía peor) no son prendas apropiadas para ir a trabajar a una oficina. Es un consejo general muy manido pero todos los que acudimos a menudo a un espacio de trabajo como este vemos que hay gente que sigue insistiendo incomprensiblemente en ello. En este saco, además, pueden meterse también las camisas de manga corta, los estampados llamativos o los vaqueros rotos -dependiendo del código de la empresa, los vaqueros en general-.
4
Las prendas con mensaje
Las camisetas y sudaderas con mensaje las carga el diablo así que si a tu oficina puedes acudir con ropa casual y relajada procura no hacerlo con este tipo de prendas porque es un riesgo innecesario. Nadie quiere herir sensibilidades en un espacio común de trabajo, así que es preferible optar por prendas lisas o con estampados clásicos como las rayas o los cuadros , por ejemplo.
5
Ropa excesivamente ajustada
En este caso no se trata de herir o no sensibilidades, sino de mostrar cierto gusto estético. Ni siquiera en el hombre con el cuerpo más fit del planeta queda bien la ropa excesivamente ajustada, y mucho menos si esta es formal, para acudir a una oficina. Naturalidad, por favor .
6
Zapatos sucios
Pocas cosas hay más criticables en cuestión de estilo que llevar los zapatos sucios. Tienen algo hipnótico además los zapatos sucios que atraen la atención de todas las miradas, así que pon mucho interés en mantenerlos limpios y brillantes .
7
Ropa arrugada
Ya sabemos que lo de planchar es una de las tareas más aburridas y exasperantes que inventó el ser humano, pero no cuesta tanto plancharse bien la camisa la noche anterior. Ojo: este consejo vale también para las camisetas, polos y pantalones porque aunque le quitéis hierro al asunto, ¡se nota mucho cuando no han sido planchados!
8
Sastrería que no queda bien
Cuando uno va disfrazado a la oficina en un sentido metafórico es porque tiene que vestir de una manera que no se corresponde con su gusto fuera del trabajo . Esto suele generar auténticas aberraciones de estilo, especialmente si el código de vestimenta de la compañía implica llevar traje porque es altamente probable que muchos hombres lleven los diseños que se compraron cuando entraron en la empresa hace una década. Un traje de diez años estará casi siempre viejo, desfasado y desajustado. Renueva tus trajes o por lo menos arregla los viejos para que no se note.
9
El abrigo equivocado
Una parka o un abrigo largo ahora que se pueden llevar en clave informal es imprescindible en un armario masculino destinado a la oficina. No cometas errores básicos como llevar una prenda deportiva de abrigo sobre un traje, algo que los ojos con buen gusto no pueden soportar.
10
El perfecto complemento
Ya sea una mochila, un bolso o un maletín, es fundamental prestar atención a un detalle esencial en el estilo de un trabajador de oficina . En demasiadas ocasiones se ven modelos muy desgastados por el paso del tiempo, desfasados, porque es el mismo que llevabas cuando ibas a la universidad, o excesivamente deportivos. Eso por no hablar de los que hacen publicidad de alguna marca.
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