El bañador que más te favorece según tu edad

Por ello, es interesante (y recomendable) autorrevisarse y autocorregirse en caso de que sea necesario. En este, no nos movemos ni un ápice de las líneas generales planteadas en este artículo : en la adolescencia, época de exploración personal, nos equivocamos a menudo pero tenemos “derecho” a ello, pero una vez alcanzamos la madurez es hora de entender, asumir y asimilar qué es aquello que nos sienta mejor dentro de las bañadores cuyos diseños nos gusten. Dicho de un modo directo y sin rodeos: olvídate de las bermudas surferas (salvo que sea para practicar este deporte) de largo por la rodilla, de la ropa interior debajo del bañador y de los slips o bóxer ajustados.

De verdad, tu cuerpo apolíneo, digno de haber sido esculpido en la Antigua Grecia, se aprecia de maravilla sin necesidad de ser exhibido en exceso. Un short clásico, suelto y de largo hasta la mitad del cuádriceps, no va a hacer que se marquen o destaquen menos tus abdominales o los músculos de tus piernas trabajadas a destajo en el gimnasio. Quizá sí los glúteos pasen más desapercibidos, pero así dejas espacio para la fantasía y la sorpresa en la intimidad… ¡hasta en esto tiene ventajas renunciar a los bañadores ajustados!

Bromas aparte, los bañadores excesivamente ajustados sí tienen sentido siempre y cuando seas de los que combina el tiempo de ocio en piscina y playa con la natación. No lo tiene, en cambio, para tirarte a jugar en la arena con tus peques o para jugar a las palas con tu pareja o tus amigos. Da igual si tienes 28, 37 o 45 años. El contexto, una vez más, tiene un peso decisivo en el resultado final de un look o prenda concreta, como es este caso. Importa más que la edad si hablamos de elegir ropa de baño.

A partir de aquí, dejando a un lado ahora sí tus hábitos en la playa y la piscina, si nos ceñimos exclusivamente a cuestiones estéticas y la edad, hay algo indiscutible en todo esto: la manera de no fallar es optar por el bóxer corto, a medio camino entre la ingle y la rodilla . Sobre todo una vez alcanzamos la madurez. Antes, en la juventud —es difícil poner cifras concretas porque va mucho en el espíritu de cada uno, y además ya somos jóvenes hasta los 35 según la OMS—, el bóxer largo es una opción más que correcta. Más juvenil, con múltiples guiños a la estética surfera, son bañadores acertados en edades “tempranas”.

Pero, como decíamos antes, es indiscutible que son los bóxer cortos los que cuentan con más virtudes estéticas. Con ellos, no fallas. Y aceptan que el toque personal a través del color y el dibujo . Estos dos detalles son muy personales: a priori, la cabeza nos pide reducir el tamaño de los estampados con la edad y también optar por una paleta de colores más conservadora, pero quien argumente que está teoría no es más que un prejuicio asociado al concepto de madurez y conservadurismo tiene razón. No hay norma escrita que diga que no podemos llevar un bañador estampado o amarillo con 60 años.

Por ello, después de una profunda reflexión personal, nuestra recomendación se ciñe más al corte de bañador y su largo que al color y si debe ser liso o estampado. Estas últimas son cuestiones que entroncan directamente con tu gusto personal, tu estilo y tu estado de ánimo en función del momento, mucho más que con la edad que diga tu dni que tienes, así que es mejor que siga siendo así.