Camisa y bañador, la combinación de la polémica

Hay que reconocer que la ‘Policía de la Moda’ tiene mucho trabajo extra en la temporada cálida, especialmente en los meses de verano. Las vacaciones nos meten en un estado de relajación y pasotismo que nos llevan a cometer auténticos atentados de estilo: las camisetas de la NBA por la playa, las chanclas de dedo en la oficina o el abuso de los estampados hawaianos en las camisas hasta el punto de que los grupos de amigos en los festivales de música parezcan un equipo de fútbol con la equipación más hortera del mundo son algunos ejemplos recientes.

No es el caso, sin embargo, de la polémica combinación protagonista de esta pieza: camisa+bañador. Este binomio debe convivir y luchar contra la etiqueta despectiva que se le ha puesto por ser una de las favoritas de las clases altas. Se vincula tanto a la navegación y el lujo, que una buena parte de la población masculina tienda a arrinconarla por “pija”, pero lo cierto es que es una forma perfectamente válida y estilosa de llevar la ropa de baño siempre y cuando sepamos cómo hacerlo.

Es decir, el debate no ha de centrarse en camisa y bañador sí o no, si no en cómo llevarlo y qué detalles hay que evitar para no fracasar en el intento. A continuación, compartimos contigo una guía rápida de estilo para combinar camisa y bañador.

La camisa bien entendida es sinónimo de elegancia. Si es de algodón y lisa, especialmente —o de algún material especial que seque rápido—. Sobre todo con bañador. Debemos evitar en la medida de lo posible los estampados estridentes porque renunciamos al principal motivo para llevar camisa con bañador, la citada sofisticación en comparación con la camiseta, y no importa si es de manga larga o corta. Eso sí, por motivos prácticos, la de manga corta parece más lógica. Y además, de paso, acabas de un plumazo con ese “exceso preppy” que puede generarte al verte en el espejo la mezcla de bañador con camisa de manga larga. Un consejo en este sentido para saber cómo llevar camisa de manga corta y bañador: fíjate en Harmie Hammer en ‘Call me by your name’.

Te pueden arruinar un look de camisa y bañador. Un sombrero estiloso, de los que te sienten bien y no parezca que llevas porque son las fiestas del pueblo y es lo que toca, y unas gafas de sol oscuras son los que a priori mejor se acomodan a esta estructura. También un bucket hat, ahora que están tan de moda, para relajar un poco el outfit en contraposición a la camisa. Pero es esencial que escojas pocos y buenos. No te lo quieras poner todo en un día.

Si vas a estar en la silla medio día y el otro medio en el chiringuito, después de bañarte, con el bañador chorreando, olvídate de la camisa porque va a parecer que acaba de salir de la lavadora entre arrugas y manchas de humedad. No tiene sentido. En cambio, si planeas dar un paseo por la orilla largo, comer de mesa y mantel o salir a navegar, la camisa como acompañante de la ropa de baño se convierte en una opción muy interesante de estilo.

Parece que este es el peaje que debemos pagar si queremos explorar la combinación bañador más camisa, pero no es del todo cierto. Una camisa ligera y de tejido transpirable, fresco , es más confortable que muchas camisetas. El motivo fundamental es que transpiran más, por lo que nos hacen combatir el calor de forma más efectiva. Es cuestión de probar y comprobar si nos sentimos bien con ellas o, por el contrario, estamos incómodos, pero debemos desterrar ese prejuicio de pensar que una combinación no es confortable solo porque lo digan los demás.