El protector solar y otros cosméticos imprescindibles si vas a esquiar este invierno

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La rutina de belleza más sencilla y efectiva para frenar las arrugas que recomiendan los expertos

Araceli Nicolás

Cuidar la piel del rostro es más fácil de lo que parece, solo tienes que ser constante con la limpieza y la protección solar

Lógicamente, la única piel que hay que proteger del sol es la que está expuesta: normalmente la del rostro. Así que en primer lugar hay que elegir una crema solar facial, que hay que aplicar antes de salir a esquiar. Siempre hay que ser generoso con la cantidad, y elegir un producto con un SPF alto, de 30, 50 o 50+. Los dermatólogos recomiendan la regla de los dos dedos, que consiste en echar dos líneas de fotoprotector en los dedos índice y corazón, y después aplicarla en la cara.

El protector no solo evitará las quemaduras, uno de los accidentes más habituales en la nieve, además, ayudará a prevenir el fotoenvejecimiento y las manchas solares. Pasadas dos horas, habrá que reaplicar de nuevo la crema solar, así que es necesario llevarla encima. Para ello existen opciones muy prácticas, como los solares en barra, de los que deberás realizar diversos 'pases' por el rostro.

Otra zona que también debemos proteger de forma específica, son los labios, aplicando un bálsamo labial con filtro solar. Igualmente, hay que llevarlo encima para reaplicar las veces que sea necesario.

Si te quitas los guantes o te remangas, después de esquiar, mientras disfrutas del aprés-ski, no olvides aplicar crema solar también en esas zonas.

Pero no solo hay que protegerse del sol, en invierno, cuando estás en el exterior esquiando, o en los interiores, con la calefacción alta, la piel se puede deshidratar, como explica la farmacéutica Lucía Altozano, titular de Skinpharmacy Jorge Juan 34,: «El frío provoca no sólo deshidratación, sino también hiperreactividad cutánea, especialmente en pieles sensibles o con enfermedades como la rosácea. Pero no sólo vemos problemas en pieles con enfermedades dermatológicas. Todas las pieles en esta época del año sufren una deshidratación severa que se agrava en función de otros factores o del lugar donde se vive».

Para evitar la deshidratación, hay que utilizar cremas hidratantes, tanto para el cuerpo, como para el rostro y las manos, las zonas más expuestas. La farmacéutica Lucía Altozano explica que «para aumentar y retener la hidratación, hay que optar por bálsamos y cremas emolientes, mucho más nutritivas y que ofrezcan una barrera adicional frente al frío. Reforzar la función barrera de la piel retiene mayor cantidad de agua para nuestras células, lo que previene a su vez la aparición de nuevas arrugas». Entre los ingredientes que deberían incluir las cremas hidratantes en invierno, la experta aconseja: «ceramidas, esenciales para reforzar la barrera de la piel, evitando la pérdida de agua y proporcionando una defensa contra las agresiones externas, y ácido hialurónico, un clásico infalible en lo que a hidratación se refiere y que atrae y retiene la humedad, dejando la piel tersa y flexible».

Además del protector solar, el bálsamo labial con protección y la crema hidratante, deberías llevar un limpiador facial suave, para limpiar la piel del rostro por la noche, eliminando los restos de los filtros solares, una crema o sérum reparador para aplicar por la noche, y una crema aftersun o con aloe vera por si tu piel ha sufrido quemaduras.