Las 'víctimas del Nolotil': «No volví a ser el mismo, tomarlo cambió mi vida»
La demanda de 350 afectados a Sanidad por los efectos del metamizol genera un debate sobre a la seguridad del fármaco
La Agencia de Medicamentos y los médicos defienden que es seguro y que sus beneficios superan a los riesgos
Sanidad revisa los riesgos del Nolotil y concluye que la posibilidad de enfermar de agranulocitosis es muy baja

Era septiembre de 2017 cuando Patrick Clancy -o Paddy, como se hace llamar por su familia y amigos- se sometió a una operación de hombro. La intervención fue en el Hospital de Denia y no suponía un gran riesgo, más allá del que puede tener ... cualquier cirugía en una persona de su edad, entonces 74 años. Culminó de forma exitosa, de manera que regresó en perfecto estado a su casa, en Jávea, donde vive desde hace 22 años tras emigrar desde Lightwater, en Surrey, Reino Unido. Le recetaron Nolotil para el dolor y estuvo tomándolo durante aproximadamente 10 días y a partir de ahí empezó a encontrarse muy mal. Fue al hospital, donde terminaron induciéndole un coma y pasó 39 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). «Le dijeron a mi mujer que llamara a la familia porque no iba a llegar al fin de semana, que mis glóbulos blancos se habían agotado», cuenta mediante conversación telefónica a ABC.
Su diagnóstico fue una agranulocitosis derivada del metamizol, el principio activo del Nolotil. «No podía andar ni comer ni beber, estaba muy débil, perdí 23 kilos», relata aún con cierta tristeza en su voz. Ahora tiene 80 años, pero asegura que más allá del paso del tiempo ese episodio le ha dejado consecuencias. «No he vuelto a ser el mismo. Estoy muy cansado todo el tiempo. Fui al hospital a hacerme una prueba y me dijeron que tenía apnea del sueño. Me dieron una mascarilla para dormir pero no noto la diferencia, siempre estoy agotado y emocionalmente no estoy como solía estar antes. Me cambió la vida», dice. Sus síntomas, afirma, son parecidos a los de una gripe: escalofríos y dolores punzantes. Tampoco tiene la misma movilidad que tenía ni en las manos ni en los pies y tiene peor equilibrio. «Mi mujer se ha convertido más en mi cuidadora que en mi esposa», lamenta.
El de Paddy es uno de los casos que ha motivado el inicio de acciones legales contra el Ministerio de Sanidad por el uso del metamizol. Fue la traductora médica Cristina García del Campo la que, a través de su condición de presidenta de la Asociación de Afectados por Fármacos (Adaf), demandó el pasado 14 de noviembre en la Audiencia Nacional al departamento que actualmente lidera Mónica García y a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). El objeto del proceso, explica, es «la inacción frente a los efectos dañinos que provoca» el medicamento. «No se está protegiendo a la población de los riesgos del Nolotil», sentencia.
En la demanda, esta traductora presenta los informes médicos de cientos de pacientes, en su mayoría británicos e irlandeses, que enfermaron de agranulocitosis, condición por la que la persona es propensa a coger más infecciones por la falta de glóbulos blancos, tras tomar metamizol. En algunos de los casos han sido las familias de los pacientes las que han autorizado a García del Campo a presentar los historiales médicos de sus parientes, pues estos fallecieron. Recuerda el caso de James Hanley, irlandés de 72 años. «Cogió una infección horrorosa, con gangrena por todo el abdomen», explica. Hanley falleció. Tampoco sobrevivieron William Smyth, irlandés de 66 años, Patricia Cooper, británica de 64 o Susan Earwaker, de 62 años. «A todos les habían recetado Nolotil. Patricia Cooper, por ejemplo, murió de septicemia. Por un tropezón en la calle se hizo daño, le dieron Nolotil y se murió. Susan Earwaker iba montando a caballo, tuvo un accidente, le dieron Nolotil y se murió por agranulocitosis», recuerda.
Nuevos casos
García del Campo tenía contabilizados en el momento en el que presentó la demanda alrededor de 350 casos de personas que habían sufrido reacciones adversas al metamizol, en su mayoría británicos e irlandeses. Sin embargo, en los últimos días ha recibido la llamada de otras 50, en su mayoría españoles, que aseguran haber sufrido efectos negativos tras tomar el fármaco. De ellos, a 35 les diagnosticaron agranulocitosis.
«Me encuentro siempre cansado y emocionalmente no estoy como solía estar»
Paddy Clancy
Afectado
Una de las que se ha puesto en contacto con la traductora tras leer en la prensa noticias sobre la demanda es Ana Belén Ramírez, malagueña de 31 años. A finales de julio de este mismo año acudió a su médico por una epicondilitis en el codo y este le recetó, entre otras cosas, Nolotil. A partir de ahí comenzó con varios problemas: una úlcera en el ojo que no se le curaba, fiebre repentina, padrastros infectados, etc. «Cada día estaba peor y cambié de médico. Cuando llegué me hicieron un análisis de sangre y de orina y me dijeron que tenía infección en la sangre. Entonces decidieron ingresarme», cuenta. El hematólogo, relata esta joven, le preguntó si había tomado metamizol, pero aun así tuvo que someterse a pruebas para descartar que se tratara de una leucemia. «Me dijeron que el Nolotil había hecho que me quedaran los glóbulos blancos a cero. Me tenían que pinchar y darme un montón de antibióticos y después vieron que el riñón se había dañado», denuncia. Ahora, en su historial médico consta que no puede tomar el medicamento, pero todo es demasiado reciente como para haber perdido el miedo a que algo así vuelva a ocurrirle. «Estuve muy malita, a punto de morirme. Tengo una niña de 2 años y solo podía pensar en ella», recuerda.
Las claves
Un fármaco muy usado
El metamizol, y concretamente el Nolotil, el más común, es uno de los fármacos más utilizados en España tanto por su eficacia contra el dolor como por su bajo precio.
350 afectados
Según las cifras que maneja Cristina García del Campo, presidenta de la Asociación de Afectados por Fármacos, el fármaco provocó reacciones adversas a aproximadamente 350 personas, mayoritariamente británicos e irlandeses.
Más beneficios que riesgos
Los análisis que se han hecho en España para analizar sus reacciones concluyen todos que los beneficios de utilizarlo con mucho mayores a los riesgos.
1-10
Según el último estudio realizado por la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), que data de octubre de este mismo año, el metamizol provoca reacciones adversas solo en entre 1 y 10 personas por cada millón de pacientes que lo toma.
Si el Nolotil es malo o si habría que dejar de utilizarlo son algunas de las preguntas que surgen tras conocer este tipo de casos. Algunos países como Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos lo tienen prohibido, pero en España es uno de los fármacos más usados. Su eficacia contra el dolor, así como su bajo coste, son solo algunos de los motivos que hacen que esté presente en todos los centros sanitarios. Pero también en los botiquines caseros: según el informe de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles, el Nolotil fue el medicamento más vendido en 2020, último año del que se tienen datos.
«Estuve muy malita, a punto de morirme, y solo podía pensar en mi hija»
Ana Belén Ramírez
Afectada
En España, en 2018, la Aemps emitió unas recomendaciones tras detectar un aumento de casos de agranulocitosis en pacientes sobre todo británicos a la vez que se incrementaba la administración del metamizol a los mismos. La agencia aconsejó entonces a los profesionales sanitarios que no prescribieran el fármaco a población de la que no pudieran hacer un seguimiento, como la población flotante (turistas, extranjeros que solo residen temporadas en España, etc.) y que lo utilizaran en tratamientos de corta duración y a la dosis mínima eficaz. Con los datos que había en ese momento no se pudo ni descartar ni confirmar que existiera mayor riesgo en poblaciones con características étnicas específicas.
Sin mayor riesgo
Esta semana, la Aemps se ha vuelto a pronunciar al respecto, con un nuevo estudio para revisar los efectos del fármaco. El análisis concluye que la incidencia de agranulocitosis entre los pacientes que inician tratamiento con metamizol es muy baja, en el rango de 1 a 10 casos por millón de pacientes que lo toman. Por tanto, dice, no existen hallazgos que hagan cambiar las recomendaciones ni el perfil de riesgo de las personas que lo toman.
«En España el número de casos que se han descrito de agranulocitosis es relativamente pequeño», apunta Francisco Abad Santos, profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid y jefe de servicio de Farmacología clínica del Hospital Universitario La Princesa. Otros fármacos, como el ibuprofeno, provocan hemorragias digestivas o úlceras gástricas, «y este efecto adverso con el Nolotil es mucho menos frecuente». «La relación beneficio riesgo para Nolotil sigue siendo favorable y es un efecto conocido desde hace años», sentencia. Sobre que aparezcan nuevos casos de reacciones al medicamento, este médico lo tiene claro: «Todos los fármacos producen reaccionen adversas más o menos frecuentes. El Nolotil es muy prescrito y si se prescribe en muchos pacientes durante muchos años aparecerán más. ¿Eso quiere decir que hay que retirarlo del mercado? No, hay que usarlo con precaución». El número de pacientes que se benefician del medicamento, prosigue, es muy alto.
Los estudios que existen hasta la fecha al respecto, explica Abad, no confirman que haya factores genéticos que puedan explicar el porqué de las reacciones en determinadas poblaciones. Sin embargo, algunos países prohibieron el Nolotil precisamente por esos efectos. El jefe de servicio de Farmacología Clínica de La Princesa cree que la clave está en la forma de utilizar el fármaco. «En España habitualmente lo utilizamos en un período corto, de una semana para tratar un esguince de tobillo, un dolor menstrual... cosas que se tratan durante poco tiempo», expone.
MÁS INFORMACIÓN
Las complicaciones, afirma por su parte Mercedes Ricote, miembro del grupo de trabajo de gestión sanitaria y calidad asistencial de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), «parecen ser de causa inmunológica, por lo que el riesgo no depende de la dosis y puede aparecer en cualquier momento del tratamiento». En cualquier caso, dice, hay que alentar al paciente a dejar el tratamiento si tiene síntomas sugestivos de agranulocitosis y no usarlo en pacientes en los que no se pueda hacer controles».
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