Vapear es perjudicial para la salud y si es mentolado es incluso peor

Se trata de un producto cada vez más popular en España, como advierten los últimos datos del Ministerio de Sanidad. La Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) de 2022 indica que prácticamente la mitad de los estudiantes de 14 a 18 años han utilizado, en alguna ocasión, cigarrillos electrónicos en nuestro país (44,3%), unas cifras similares a las registradas en Estados Unidos.

En la actualidad, el mercado mundial de los productos de vapeo sigue creciendo, y los sabores a menta y mentol siguen siendo muy populares entre los 2,5 millones de jóvenes que declararon fumar cigarrillos electrónicos en 2022.

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«Muchas personas, especialmente los jóvenes, asumen erróneamente que vapear es seguro, pero incluso las mezclas de vapeo sin nicotina contienen muchos compuestos que pueden dañar los pulmones», afirmó el principal autor del estudio estadounidense Kambez H. Benam, profesor asociado de la División de Medicina Pulmonar, Alergia y Cuidados Críticos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburg.

El estudio de la Universidad de Pittsburg comprobó, a través de un sistema robótico que imita la respiración humana y el comportamiento de los fumadores, que los líquidos para cigarrillos electrónicos disponibles en el mercado que contienen mentol generan un mayor número de micropartículas tóxicas en comparación con el líquido sin mentol.

Al imitar con precisión la temperatura, humedad, volumen y la duración de las caladas, esta máquina puede simular el patrón de respiración sana y enferma y predecir con fiabilidad la toxicidad pulmonar relacionada con los cigarrillos electrónicos. Un avance respecto a anteriores métodos clínicos como las pruebas en ratones y otros animales, ya que cuentan con unas fosas nasales diferentes que dificultan comparar el impacto con el que se produce en los seres humanos.

Asimismo, los análisis de las historias clínicas de un grupo de fumadores de este producto indican que los consumidores de cigarrillos electrónicos con mentol respiraban con menor profundidad y presentaban una función pulmonar peor a la de los fumadores que no incluyen esta sustancia.

Uno de los principales obstáculos para determinar el alcance real de los cigarrillos electrónicos es su novedad. A la dificultad para obtener datos fiables frente al rápido desarrollo del producto y sus derivados, se suma la falta de estudios donde se constate las consecuencias en fumadores habituales durante periodos de tiempo prolongados.

Sin embargo, el estudio liderado por Benam sugiere que los efectos del mentol pueden ser igual de perjudiciales que los del acetato de vitamina E, una sustancia relacionada con las lesiones pulmonares y habitual en los líquidos de los cigarrillos electrónicos. La razón, como constató el investigador en un estudio anterior, es que las partículas de esta molécula pueden adherirse a la parte más profunda del pulmón y encajarse en las vías respiratorias más estrechas, así como en el revestimiento de las paredes de la tráquea y los bronquios.

Aunque el investigador de la universidad de Pittsburg constata los efectos perjudiciales del cigarrillo electrónico, mantiene la puerta abierta a su potencial uso como método para dejar de fumar tabaco. Una idea que no comparten desde asociaciones de médicos como la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).

«No es para nada una alternativa al tabaco, más bien todo lo contrario», señala el coordinador del área de Tabaquismo del SEPAR, Carlos Rábade. Según indica el especialista, el aumento de ventas de los cigarrillos electrónicos bajo el pretexto de servir como herramienta para dejar el tabaco implica el riesgo de introducir a nuevos consumidores, además de su potencial capacidad de perjudicar aún más las vías respiratorias al irritarlas, independientemente de si tienen o no nicotina.

«Las sustancias y aromas que incluyen estos productos generan inflamación en las vías respiratorias a pesar de parecer inocuas o inofensivas. No dejan de ser tóxicas para el organismo«, concluye Rábade.