El Supremo de Brasil mantiene el pulso contra Elon Musk

Ayer, en una audiencia especial, cinco jueces de la Corte Suprema decidieron por unanimidad mantener la suspensión de X en el país. Al menos, hasta que la plataforma cumpla las decisiones judiciales, pague las multas impuestas por desobedecerlas (que son de casi 3 millones de euros) y nombre un representante legal en el país, una derrota importante contra Musk y su empresa.

Con el problema de ser visto como víctima entre los brasileños, el empresario está usando otra de sus empresas como arma para enfrentarse a la suspensión: la proveedora de internet Starlink no ha obedecido aún la orden judicial para desconectar X entre sus clientes. El presidente de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), Carlos Baigorri, informó ayer que si Starlink no cumplía la orden judicial se abrirá un proceso administrativo contra la empresa, que tiene más de 200 mil usuarios en Brasil.

Luciana Moraes, directora de estrategia y datos en una agencia de publicidad, y usuario de X desde sus orígenes en 2008, cuenta que tuvo algunos problemas con sus clientes y programaciones de contenidos que ya estaban en su agenda. «Los clientes ya se preocupaban hace algún tiempo con las inestabilidades desde el cambio de nombre a X, y poco a poco dejaron de invertir en esta plataforma», explica Moraes, quien les ha recomendado enfocarse en otras redes sociales. De hecho, la gestión intempestiva de Musk con X no ha sido muy positiva para los inversores. La empresa gestora de activos, Fidelity, estima que X ha sufrido una caída significativa de su valor de un 72% respecto al precio de compra, lo que representa una pérdida colectiva de miles de millones para quienes apostaron por el negocio.

La mayoría de los nostálgicos del viejo Twitter se han mudado para comenzar una nueva vida en Bluesky, una plataforma creada, irónicamente, por Jack Dorsey, cofundador y antiguo CEO de Twitter. La red social ha crecido exponencialmente este fin de semana con un 1 millón de nuevos usuarios en apenas tres días. «A nivel personal, en Bluesky todo va bien porque he vuelto a encontrarme con mis amigos, pero echo de menos X como agregador de noticias. Tanto de medios y periodistas, con los que me enteraba de lo que pasaba casi en directo, incluso cosas del barrio», explica Dani Marques, periodista de una ONG ambiental y usuario de X desde sus inicios.

En una entrevista al portal brasileño Núcleo, la directora operacional de Bluesky, Rose Wang, comentó que uno de los desafíos es justamente luchar contra la toxicidad en la red. «Para nosotros, la moderación es la columna vertebral. Tenemos que tener un espacio seguro, y hemos establecido políticas comunitarias que no toleran el acoso ni la incitación al odio», explicó la ejecutiva sorprendida con el tamaño de la migración de brasileños. Bluesky tiene ahora 7 millones de usuarios activos, una pequeña fracción comparada con Twitter, que tiene más de 250 millones, pero eso ya es un éxito para una plataforma lanzada en febrero de este año.

Lo más destacable en la entrevista es que Wang aseguraba que la empresa cumplirá la ley, al contrario del competidor. «Tenemos la intención de cumplir plenamente la legislación brasileña», dice la ejecutiva que ahora necesita nombrar un representante legal en Brasil para acatar las órdenes judiciales que salpican a poco más de un mes de las elecciones municipales.