Los seminarios españoles se vacían: por primera vez el número de candidatos al sacerdocio baja de los mil

De acuerdo a los datos que ha facilitado la propia Conferencia Episcopal con motivo de la celebración —el próximo domingo 19 de marzo— del Día del Seminario, en el curso 2022/2023 se han roto varios suelos simbólicos que evidencian la compleja situación que afronta la Iglesia católica en su proceso de renovación sacerdotal.

Un marco que se hace más espinoso si se tiene en cuenta que en el curso 2002/2003 —el primero del que presenta datos la web de la Conferencia Episcopal— el número de seminaristas era de 1.699 y ahora, veinte años después, es un cuarenta por ciento menor, con los ya citados 974. Mayor aún es el descenso porcentual en el número de ingresos, de 353 hace dos décadas, a los 172, menos de la mitad. A ello hay que unir que el número de sacerdotes era, según la última memoria presentada, de 16.568, también en una tendencia descendente de unos 300 a 400 por año, frente al apenas centenar de ordenaciones que toma el relevo. Según los mismos datos, en España hay 22.988 parroquias.

Como interpretación de estas cifras, desde la subcomisión episcopal para los Seminarios apuntan que la reducción de 54 seminaristas en relación al ejercicio anterior «se explica entre otras cosas, por la nueva metodología en la recogida de los datos que, por primera vez, ha sido nominal, y ha estado a cargo de la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal». Además, añaden, «también hay que tener presentes la secularización y la falta de compromiso por parte de no pocos jóvenes, que también se reflejan en otros datos estadísticos, como en el número decreciente de matrimonios, tanto civiles como eclesiásticos».

Los datos se han hecho públicos unas semanas después de que finalizara la visita pastoral a los seminarios españoles, encargada por el Papa Francisco a dos obispos uruguayos, una iniciativa singular que no se ha realizado en otros países. Aunque los objetivos del Papa con esta visita nunca han sido explicitados, la versión oficial desde la Conferencia Episcopal hablaba de la necesidad de reorganizar los seminarios españoles, ante la escasez de vocaciones que obliga a que algunos de ellos cuenten con menos una decena de candidatos al sacerdocio.

Precisamente en octubre del año pasado, Francisco, en una reunión con seminaristas que se forman en Roma, apuntó que los seminarios deben tener un número mínimo de seminaristas porque «si somos cinco en la diócesis, esto no es un seminario, es un movimiento parroquial». El Papa explicó que «el seminario debe ser de un número moderado, 25 o 30 [seminaristas]».

De seguirse esa fórmula en España, se deberían concentrar los centros de formación de sacerdotes con un bajo número de aspirantes en seminarios interdiocesanos, como ya se realizó hace unos años en Barcelona. Sin embargo, no es posible anticipar cómo podría ser esa agregación puesto que las cifras concretas de cada seminario diocesano no se conocen desde el año 2019, cuando la Conferencia Episcopal dejó de publicar los datos desagregados para presentar sólo el global de todo el país.

Pero más allá del número de seminaristas, los visitadores enviados por el Papa también han analizado cómo se está implantando la 'Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis', las normas básicas para la formación sacerdotal que el dicasterio para el Clero actualizó en 2016 a instancias de Francisco. En la práctica, la inspección enviada por el Papa ha tratado de detectar las «tendencias especialmente centradas en lo litúrgico y dogmático» de algunos seminarios españoles para encauzarlos hacia «una dimensión más social», según explican a ABC fuentes conocedoras de la situación.

En esa línea, la Conferencia Episcopal ha puesto en marcha este curso el Servicio de Pastoral Vocacional en que aúna la colaboración de cuatro comisiones episcopales (Clero y seminarios; Laicos, familia y vida; Vida consagrada y Misiones) y que «es un signo del decidido impulso de la Conferencia Episcopal por seguir anunciando la dimensión vocacional como la que estructura toda la vida en el seguimiento de Cristo».

A pesar de los datos, en la nota de prensa en que han sido presentados, desde la subcomisión episcopal para los seminarios se muestran agradecidos de que «un número significativo de jóvenes vivan comprometidos en la búsqueda de la voluntad de Dios, que nos invita a abrazar una vocación preciosa en su Iglesia».